Página 446 - Testimonios para la Iglesia, Tomo 4 (2007)

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Testimonios para la Iglesia, Tomo 4
En nuestras agencias se necesitan importantes cambios. Pospo-
ner un trabajo que necesita una atención inmediata para ocuparnos
de él cuando nos resulte más cómodo es un error que causa pérdidas.
A veces reparar las demoras cuesta el doble de lo que habría costado
si se hubiese actuado en el momento adecuado. Muchas pérdidas y
espantosos accidentes se han debido al hecho de posponer asuntos
que debieran haber sido objeto de atención inmediata. El momen-
to de actuar se malgasta entre dudas, pensando que mañana será
otro día; pero con frecuencia mañana es demasiado tarde. Nuestras
agencias padecen dificultades financieras a diario por causa de la
indecisión, la lentitud, el descuido, la indolencia y, en algunos casos,
la deshonestidad manifiesta. Algunos empleados de esas agencias
actúan con tanta indiferencia que parece como si Dios no les hubiera
dado facultades mentales para que las ejercieran en la administra-
ción. Tales son inadecuados para una función de responsabilidad.
Nunca se deberá depender de ellos. Los hombres y las mujeres
que evitan los deberes en los que puedan surgir dificultades serán
siempre débiles e ineficientes.
Los que se educan a sí mismos para hacer su labor con prontitud,
con espíritu ahorrativo, dirigirán sus negocios en lugar de permitir
que sus negocios los dirijan a ellos. No estarán constantemente apre-
miados y desconcertados porque su trabajo es una confusión. La
diligencia y la sincera fidelidad son indispensables para alcanzar el
éxito. Dios revisa cada hora de trabajo y la registra para fidelidad o
infidelidad. Cuando el juez se siente y los libros sean abiertos, todos
serán juzgados según lo escrito en los libros y deberán enfrentarse al
registro de los momentos despilfarrados y las ocasiones desaprove-
chadas. La soberbia, la envidia, el orgullo, los celos, la ociosidad o
cualquier otro pecado que es acariciado en el corazón será causa de
exclusión de la bendición del cielo. “Si os sometéis a alguien como
esclavos para obedecerle, sois esclavos de aquél a quien obedecéis”.
Romanos 6:16
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Nuestras agencias sufren por falta de hombres firmes y estables.
A medida que se me fueron mostrando las distintas salas, vi que el
trabajo se hacía con indiferencia. En cada cargo de confianza hay
pérdidas sostenidas. La falta de meticulosidad es evidente. Mientras
unos soportan cargas de responsabilidad, otros, en lugar de compartir
esas cargas, siguen una conducta que aumenta la ansiedad y la preo-