Página 485 - Testimonios para la Iglesia, Tomo 4 (2007)

Basic HTML Version

Deshonestidad en la iglesia
481
El mundo de los negocios no escapa al gobierno de Dios. El
cristianismo no debe ser exhibido únicamente en sábado y en el san-
tuario. Es asunto de todos los días de la semana y todos los lugares.
Sus exigencias deben ser reconocidas y obedecidas en el taller, en
el hogar y en los negocios con los hermanos y con el mundo. En
muchos, una mundanalidad absorbente eclipsa el verdadero sentido
de la obligación cristiana. La religión de Cristo tendrá tal influencia
sobre el corazón que llegará a controlar la vida. Los hombres que
poseen la genuina religión verdadera, mostrarán en todos sus nego-
cios la misma clara percepción de la justicia que cuando ofrecen
sus súplicas ante el trono de gracia. La vida, con todas sus capaci-
dades, pertenece a Dios y debe ser usada para promover su gloria
en lugar de pervertirla para el servicio de Satanás defraudando a los
semejantes.
Algunos tienen a Satanás como consejero. Les dice que si quie-
ren prosperar deberán escuchar sus consejos: “No seas tan estricto
con el honor y la honradez, mira por tu propio interés y no permi-
tas que la piedad, la generosidad y la amabilidad te retengan. No
te preocupes por la viuda los huérfanos. Que no dependan de ti;
sino que se ocupen de ellos mismos. No te preguntes si tienen o
no alimentos o si puedes bendecirlos con una atención. Cuida de ti
mismo. Acumula cuanto puedas. Roba a las viudas y a los huérfa-
nos, estafa al extranjero y tendrás recursos suficientes para suplir
tus muchas necesidades”. Algunos han escuchado este consejo y
menospreciado a Aquel que dijo: “La religión pura y sin mácula
delante de Dios el Padre es ésta: Visitar a los huérfanos y a las viudas
en sus tribulaciones, y guardarse sin mancha del mundo”.
Santiago
1:27
.
Satanás ofrece a los hombres los reinos del mundo a cambio de
que ellos le entreguen la supremacía. Muchos sacrifican así el cielo.
Mejor es morir que pecar, mejor es necesitar que defraudar, mejor es
pasar hambre que mentir. Que todos los que son tentados se enfrenten
a Satanás con estas palabras: “Bienaventurado todo aquel que teme a
[486]
Jehová, que anda en sus caminos. Cuando comieres el trabajo de tus
manos, bienaventurado serás, y te irá bien”.
Salmos 128:1-2
. Esta
es la condición y la promesa que se cumplirá inequívocamente. La
felicidad y la prosperidad serán el resultado de servir al Señor.
[487]