Página 488 - Testimonios para la Iglesia, Tomo 4 (2007)

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Testimonios para la Iglesia, Tomo 4
enfermado por causa de la lectura de historias ficticias. La mente
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debe disciplinarse de tal manera que todas sus facultades se desarro-
llen simétricamente. Cierto curso de preparación puede vigorizar las
facultades especiales, y al mismo tiempo dejar rezagadas otras, de
manera que se estorba su utilidad. La memoria sufre grave perjuicio
debido a la lectura mal escogida, que tiende a desequilibrar las facul-
tades del raciocinio, y a crear nerviosismo, cansancio del cerebro y
postración de todo el organismo. Si constantemente se alimenta con
exceso la imaginación, y se la estimula mediante las ficciones, no
tarda en volverse tiránica, en dominar todas las otras facultades de
la mente y en tornar caprichoso el gusto y pervertir las tendencias.
Usted es una dispéptica mental. Su mente rebosa de conocimien-
tos de toda clase: política, historia, teología y anécdotas, de lo cual
solamente una parte puede ser retenida por una memoria recargada.
Sería de mucho más valor tener menos información en un cerebro
bien disciplinado. También ha descuidado la tarea de adiestrar su
mente para la acción vigorosa; por lo tanto, su voluntad y su inclina-
ción la han dominado en vez de servirla. El resultado es la pérdida
de poder físico y mental.
Durante años su mente ha sido como un arroyo susurrante casi
lleno de rocas y malezas, cuya agua se desperdicia. Si sus facultades
estuviesen controladas por propósitos elevados no sería inválida
como es ahora. Se le antoja que sus caprichosos apetitos deben ser
complacidos, así como su deseo de leer excesivamente. Vi arder
la lámpara a la medianoche en su pieza mientras usted leía alguna
historia fascinante, aguijando así su ya sobreexcitado cerebro. Esta
conducta ha estado disminuyendo su vitalidad, y debilitándola física,
mental y moralmente. La irregularidad ha causado desorden en
su casa y, si esto continúa, hundirá su espíritu en la imbecilidad.
Ha abusado del tiempo de gracia que Dios le concedió y lo ha
despilfarrado.
Dios nos concede talentos para que los aprovechemos sabiamen-
te, no para que abusemos de ellos. La educación es tan sólo una
preparación de las facultades físicas, intelectuales y morales para el
mejor cumplimiento de todos los deberes de la vida. La lectura im-
propia imparte una educación falsa. El poder de resistencia, así como
la fuerza y actividad del cerebro pueden ser reducidos o aumentados
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de acuerdo con la manera en que se emplean. Usted tiene mucho que