Página 489 - Testimonios para la Iglesia, Tomo 4 (2007)

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Importancia del dominio propio
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hacer para deshacerse de sus lecturas livianas. Elimínelas de su casa.
No conserve delante de sí la tentación de pervertir su imaginación,
desequilibrar su sistema nervioso y arruinar a sus hijos. Por la mucha
lectura se está incapacitando para los deberes de esposa y madre, y
de hecho se está descalificando para hacer el bien en cualquier lugar.
No estudia la Biblia como debiera; por lo tanto, no se hace
sabia en las Escrituras, ni se capacita cabalmente para toda buena
obra. La lectura liviana fascina la mente y quita interés a la lectura
de la Palabra de Dios. Procura hacer creer a otros que conoce las
Escrituras; pero esto no puede ser porque su mente está llena de
escoria. La Biblia requiere reflexión y escudriñamiento con oración.
No basta con recorrerla superficialmente. Aunque algunos pasajes
son demasiado claros para que se los entienda mal, otros son más
intrincados y exigen estudio cuidadoso y paciente. Como el metal
precioso oculto en las colinas y las montañas, es necesario buscar
sus gemas de verdad y almacenarlas en la mente para uso futuro.
¡Ojalá que todos ejercitasen sus mentes tan constantemente en la
búsqueda del oro celestial como en la del oro que perece!
Cuando escudriñe las Escrituras con el ferviente deseo de apren-
der la verdad, Dios impartirá su Espíritu a su corazón e impresionará
su mente con la luz de su Palabra. La Biblia es su propio intérprete,
pues un pasaje explica otro. Comparando los textos que se refie-
ren a los mismos temas, verá usted una belleza y una armonía que
nunca soñó. No hay otro libro cuya lectura fortalezca, amplíe, eleve
y ennoblezca la mente como la lectura del Libro de los libros. Su
estudio imparte nuevo vigor a la mente, que así es puesta en contacto
con temas que requieren reflexión fervorosa y es impulsada a orar
a Dios para poder comprender las verdades reveladas. Si se deja
que la mente trate temas comunes en vez de problemas difíciles y
profundos, se estrechará hasta el nivel de los asuntos que contemple
y perderá finalmente su poder de expansión.
Lo más lamentable de su conducta es que sus errores y equivoca-
ciones se reproducen en sus hijos. Su hija I está absorta en la lectura,
sus facultades mentales están siendo perjudicadas, permanentemen-
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te perjudicadas, por seguir su ejemplo. Nunca sentirá gusto por los
estudios ni será apta para ellos. Al principio de la vida la mente es
moldeable. Siémbrese entonces la buena semilla en terreno abonado
y dará fruto para vida eterna.