Página 574 - Testimonios para la Iglesia, Tomo 4 (2007)

Basic HTML Version

570
Testimonios para la Iglesia, Tomo 4
un libro abierto en la naturaleza y leer la verdad en las obras de
Dios que los rodean. Todos pueden encontrar temas de estudio en
la sencilla hoja de un árbol del bosque, los brotes de hierba que
cubren la tierra con una alfombra de terciopelo verde, las plantas
y las flores, los grandes árboles del bosque, las altas montañas, las
rocas de granito, el cambiante océano, las preciosas gemas de luz
que salpican del cielo y adornan la noche, las inagotables riquezas
de la luz del sol, la solemne gloria de la luna, el frío del invierno,
el calor del verano, las estaciones cambiantes y cíclicas en perfecto
orden y armonía, controladas por un poder infinito, son temas que
suscitan un pensamiento profundo y refuerzan la imaginación.
Si los frívolos y amantes del placer permitiesen que sus mentes
se entretuvieran en lo que es real y verdadero, el corazón no podría
hacer otra cosa que llenarse de reverencia y adorarían al Dios de la
naturaleza. La contemplación y el estudio del carácter de Dios tal
como se revela en su obra creada abre un campo de pensamiento que
alejará la mente de las diversiones bajas, degradantes y enervantes.
En este mundo sólo podemos iniciar a aprender el conocimiento de
las obras y los caminos de Dios. El estudio durará toda la eternidad.
Dios ha previsto para el hombre temas de reflexión que activarán
todas las facultades de la mente. Podemos leer el carácter del Crea-
dor en el cielo y en la tierra y llenar de gratitud el corazón. Cada
nervio y sentido responderá a la expresión del amor de Dios en sus
maravillosas obras. Satanás inventa artimañas terrenales para que la
mente carnal se centre en cosas que no pueden elevar, refinar y en-
noblecer. De esa manera, sus poderes se empequeñecen y paralizan
y los hombres y las mujeres que podrían alcanzar la perfección de
carácter se vuelven estrechos, débiles y defectuosos. Dios estableció
que el sanatorio se levantara como un faro que advierte y reprende.
De ese modo probaría al mundo que una institución como un asilo
para enfermos dirigida según principios religiosos podría sostenerse
sin sacrificar su carácter peculiar y santo; podría mantenerse libre de
las características objetables que se encuentran en otras institucio-
nes del mismo tipo. Tenía que ser un instrumento en su mano para
[575]
esparcir grandes reformas. Era preciso corregir los malos hábitos de
vida, elevar la moral, cambiar el gusto y reformar el vestido.
El estilo de vestido a la moda e insano atrae sobre el cuerpo
todo tipo de enfermedades. Es preciso que se ponga de manifiesto