Página 586 - Testimonios para la Iglesia, Tomo 4 (2007)

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Testimonios para la Iglesia, Tomo 4
ciones de nuestra casa publicadora, ¿acaso no lo será hoy, que se
lleva a cabo una tarea mucho mayor y, en consecuencia, se necesitan
más medios? Las pruebas de nuestra posición han estado aumentan-
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do cada año. Hemos recibido la seguridad renovada de que tenemos
la verdad revelada en la palabra de Dios, que aceptando el mensaje
del tercer ángel no hemos dado crédito a fábula alguna, sino a “la
palabra profética más segura”.
2 Pedro 1:19
. Ahora somos testigos
de todo el esplendor de la luz de la verdad bíblica.
El Señor pide a su pueblo que se levante y muestre su fe con sus
obras. En tiempos pasados, cuando nuestro número era reducido,
cuando los que podían sintieron el deber de adquirir acciones de la
casa publicadora, sus oraciones, sus deseos y su esfuerzo abnegado,
ascendió ante Dios como un dulce perfume. Nuestros hermanos
y hermanas que han recibido el precioso pan de vida a través de
las publicaciones deberían estar aún más dispuestos a entregar sus
recursos para apoyar la causa que aquellos que amaron la verdad en
años anteriores.
Hermanos, Dios os bendeciría si mostrarais interés por las ca-
sas publicadoras convirtiéndolas en algo vuestro. Los que poseen
alguna acción de esas instituciones tienen el privilegio de invertir
sus recursos en una buena obra. Necesitamos vuestra solidaridad,
vuestras oraciones y vuestros recursos. Necesitamos vuestra coope-
ración decidida. Esperamos que todos aquellos cuyo corazón ha
sido tocado por Dios se adelanten con sus recursos para invertirlos
en esas instituciones. ¿Acaso no es cierto que tenemos el último
mensaje de misericordia que se dará al mundo? ¿No es cierto que
nuestra tarea pronto llegará a su fin? Así lo dijo la palabra de Dios.
El fin de todas las cosas está al alcance de la mano. Por lo tanto, la
advertencia debe llegar hasta lo más recóndito de la tierra.
Nuestras casas publicadoras se han convertido en una potencia
en el mundo. Se ha dado un gran cambio. Con las instalaciones
ampliadas para hacer que la luz brille con claridad y alcance a todos
los que se encuentran en tinieblas, ahora no es tan difícil como lo fue
antes, ver y aceptar la verdad. Los primeros que entraron a dirigir la
obra fueron víctima de los asaltos combinados de hombres perversos
y ángeles malignos. La enemistad de Satanás, obrando a través de
hombres y sus instrumentos, estaba muy desarrollada. Por otra parte,
los creyentes, aunque pocos en número, eran honestos y celosos para