Página 619 - Testimonios para la Iglesia, Tomo 4 (2007)

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La sencillez en el vestir
En el Sermón del Monte, Cristo exhorta a sus seguidores a no
permitir que su espíritu se distraiga con las cosas terrenales. Dice
claramente: “Ninguno puede servir a dos señores; porque o aborre-
cerá al uno y amará al otro, o estimará al uno y menospreciará al
otro. No podéis servir a Dios y a las riquezas. Por tanto os digo: No
os afanéis por vuestra vida, qué habéis de comer o qué habéis de
beber; ni por vuestro cuerpo, qué habéis de vestir. ¿No es la vida más
que el alimento, y el cuerpo más que el vestido?” “Y por el vestido,
¿por qué os afanáis? Considerad los lirios del campo, cómo crecen:
no trabajan ni hilan; pero os digo, que ni aun Salomón con toda su
gloria se vistió así como uno de ellos”.
Mateo 6:24-25, 28-29
.
Estas palabras rebosan de significado. Eran aplicables en los días
de Cristo, y lo son en nuestra época. En ellas, Jesús pone en contraste
la sencillez natural de las flores del campo, con el adorno artificial
del vestido. Declara que la gloria de Salomón no podía compararse
con una sola flor en su hermosura natural. Esta es una lección para
todos los que desean conocer y hacer la voluntad de Dios. Jesús
nota el cuidado y la devoción que muchos dedican al vestido, y
nos aconseja y hasta nos ordena que no pensemos demasiado en
él. Es importante que prestemos atención cuidadosa a sus palabras.
Salomón estaba tan embargado por pensamientos de ostentación,
que no elevó su espíritu por una constante comunión con el Dios
de la sabiduría. Pasó por alto la perfección y la belleza del carácter
en su propósito de obtener la belleza exterior. Vendió su honor y
la integridad de su carácter al procurar glorificarse a sí mismo ante
el mundo, y finalmente se transformó en un déspota que sostenía
sus lujos extravagantes imponiendo al pueblo tributos excesivos.
Primero se corrompió en su corazón, luego apostató de Dios, y
finalmente adoró a los ídolos.
Al ver a nuestras hermanas apartarse de la sencillez en el vestir
y cultivar el amor por las modas del mundo, nos afligimos. Al ir
en esa dirección, se están separando de Dios y descuidan el adorno
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