Página 630 - Testimonios para la Iglesia, Tomo 4 (2007)

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Testimonios para la Iglesia, Tomo 4
impedir el presente estado de mundanalidad. Muchas ridiculizaron
la idea de que ese vestido era necesario para protegerlas de seguir
las modas; pero el Señor ha permitido que se manifestara el orgullo
que abrigaban sus corazones y eso precisamente era lo que debían
hacer. Ahora se ha demostrado que necesitaban las restricciones que
imponía la reforma en el vestido.
Si todas nuestras hermanas adoptasen un vestido sencillo y sin
adornos, de longitud modesta, la uniformidad que así se daría sería
más agradable a Dios y ejercerían una influencia más salutífera en el
mundo que la diversidad que se presentaba cuatro años atrás. Ya que
nuestras hermanas no aceptarían el vestido reformado tal y como
debería ser, se ha presentado un nuevo estilo menos objetable. Está
libre de adornos innecesarios y carece de sobrefalda. Consiste en una
blusa sin entallar y una falda de longitud suficiente para el decoro
pero que no recoja el barro ni la suciedad de la calle. El tejido debe
ser liso, sin grandes estampados ni dibujos. Se debe prestar la misma
atención al cubrimiento de las piernas que al vestido corto.
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¿Aceptarán las hermanas este estilo de vestido y rechazarán imi-
tar las modas cambiantes constantemente imaginadas por Satanás?
Nadie puede decir qué extravagante moda seguirá. Los mundanos
cuya única preocupación es: “¿Qué comeré y qué me pondré?” no
deben ser nuestro criterio.
Algunos han dicho: “Después de quitarme este vestido me pon-
dré otro más sencillo”. Ahora bien, si la conformidad con la moda
del mundo agrada a Dios, al fin y al cabo, ¿por qué hacer un cam-
bio? Pero si está mal, ¿Es mejor seguir en el error más tiempo del
estrictamente necesario para hacer el cambio? Justo en este punto os
recordamos el celo y la sinceridad, la habilidad y la perseverancia
que manifestasteis al confeccionar vuestros vestidos según la moda.
¿Acaso no sería digno de alabanza manifestar al menos la misma
sinceridad al confeccionarlo según el modelo de la Biblia? Para
confeccionar esas vestiduras se usaron unos recursos y un tiempo
preciosos otorgados por Dios. ¿Qué estáis dispuestas a sacrificar
ahora para corregir el mal ejemplo que habéis dado a otras?
Es una vergüenza que nuestras hermanas se olviden de tal manera
de su carácter santo y su deber para con Dios, que imiten las modas
del mundo. No tenemos excusa excepto la perversidad de nuestro
propio corazón. No extendemos nuestra influencia con una conducta