Página 115 - Testimonios para la Iglesia, Tomo 5 (1998)

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Matrimonios insensatos
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que prevalecían en sus días; ¿y acaso necesitamos nosotros dejarnos
contaminar en los nuestros? Siguiendo el ejemplo de nuestro Maes-
tro, hemos de tener compasión por la humanidad que sufre, piedad
por los desafortunados, y mostrarnos generosos y considerados con
los sentimientos y necesidades de los menesterosos, y los que están
turbados y desesperados.
Los que son cristianos de veras buscarán hacer el bien a los
demás y al mismo tiempo pondrán de tal manera en orden su conver-
sación y comportamiento que mantendrán una serena y bendecida
actitud de paz mental. La Palabra de Dios requiere que seamos como
nuestro Salvador, que reflejemos su imagen, imitemos su ejemplo,
y vivamos su vida. El egoísmo y la mundanalidad no son frutos
del árbol cristiano. Ningún hombre puede vivir para sí y a la vez
disfrutar de la aprobación de Dios
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5 de septiembre de 1879