Página 122 - Testimonios para la Iglesia, Tomo 5 (1998)

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Testimonios para la Iglesia, Tomo 5
por causa de un solo grano sembrado en el terreno del corazón. Por
el contrario, todo rayo de luz atesorado producirá una cosecha de
luz. El resistir la tentación una vez dará poder para hacerle frente
con mayor firmeza la segunda; cada nueva victoria que se obtenga
sobre el yo suavizará el camino para triunfos más elevados y nobles.
Cada victoria es una semilla que se siembra para vida eterna.
Hay gran necesidad de obreros celosos, fieles y abnegados en
nuestras iglesias a través de todo el país. No puede nadie trabajar en
la escuela sabática o en la causa de la temperancia sin que recoja
una abundante cosecha, no solamente en lo que al fin del mundo se
refiere, sino en la vida presente también. Al esforzarse por llevar
luz y bendición a los demás, sus propias ideas se harán más claras
y amplias. Mientras más nos esforcemos por explicarle la verdad
a otros, guiados por el amor por las almas, más clara se nos hará a
nosotros mismos. La verdad se expande con nueva belleza y vigor
ante el entendimiento del que la expone.
Hay unos pocos obreros buenos en nuestra iglesia, y estas perso-
nas abnegadas nunca sabrán cuánto bien han hecho a través de sus
perseverantes esfuerzos misioneros. Sin embargo, el Señor reclama
para sí a un mayor número de hombres y mujeres que los que han
respondido a sus demandas. Algunas de las piedras que componen
el templo sagrado de Dios reflejan la luz que el Señor Jesucristo
hace brillar sobre ellas, mientras que otras no emiten luz alguna,
demostrando así que no son piedras vivas, escogidas y preciosas.
No son personas devotas, no oran, son parlanchinas e irreligiosas.
Los verdaderos cristianos imitarán el ejemplo que el Salvador les ha
dado y serán mansos, humildes, pacientes, tiernos, accesibles, libres
de pomposidad y obstinación.
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Peligros que encaran los jóvenes
El Sr. _____ tiene una disposición que Satanás maneja a su gusto
con éxito admirable. Este es un caso que debe ser una lección para
los jóvenes con relación al matrimonio. En la selección de un com-
pañero, su esposa se dejó llevar por el sentimiento y los impulsos, y
no por la razón y el buen juicio. ¿Fue su matrimonio el resultado de
un amor verdadero? No, no; fue más bien el resultado del impulso,
de una pasión no santificada. Ninguno de los dos estaba preparado