Página 125 - Testimonios para la Iglesia, Tomo 5 (1998)

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Amonestaciones y reprensiones
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personas a que busquen su propia comodidad y complacencia. Es la
pleitesía que le rendimos al yo lo que a menudo nos impide crecer
en amor.
Hay hombres de cuna humilde y desconocidos, cuyas vidas Dios
está dispuesto a aceptar y hacerlas plenamente útiles en la tierra y
colmarlas de gloria en el cielo, pero Satanás trabaja persistentemente
para derrotar sus propósitos y arrastrarlos a la perdición por medio
de casamientos con personas cuyo carácter es tal, que los desvía
completamente del camino de la vida. Son muy pocos los que salen
triunfantes de esta clase de relación. Hermano _____, usted está
dispuesto a experimentar y a intentar comprobar que es la excepción
a la regla general. José fue uno de los pocos capaces de resistir la
tentación. Logró demostrar que mantenía una singularidad de propó-
sito para la gloria de Dios. Manifestó elevado respeto por la voluntad
de Dios, lo mismo cuando ocupaba la celda de una cárcel que cuan-
do estaba junto al trono. Su religión le acompañaba adondequiera
que iba o en cualquier situación que fuese colocado. La verdadera
religión posee un poder que todo lo compenetra; ennoblece todo lo
que la persona hace. No hay que salirse del mundo para ser cristiano,
pero su religión, con todas sus influencias santificadoras, puede ser
introducida en todo lo que usted haga y diga. Manteniendo anclado
el corazón en las cosas celestiales, podrá desempeñar bien los debe-
res que atañen a cualquier situación donde Dios lo haya colocado,
rompiendo así el hechizo que se ha echado encima por causa de una
insensata relación. Si hubiera seguido la luz, ahora sería usted capaz
de librarse de las trampas que los que no disciernen la voluntad de
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Dios han puesto para cautivar su alma.
Otro punto sobresaliente en el carácter de José, digno de ser
emulado por todo joven, es su profundo afecto filial. Al encontrarse
con su padre, con sus ojos llenos de lágrimas, se abrazó afectuosa y
amorosamente de su cuello. Al parecer sentía que todo lo que hiciera
para brindarle comodidad a su padre no era suficiente, y lo cuidó
durante sus últimos años con un amor tan tierno como el de una
madre. No escatimó esfuerzo alguno para mostrarle respeto y amor
en toda ocasión. José es un ejemplo de lo que debe ser un joven. Si
manifestase usted amor hacia su madre, exhibiría un hermoso rasgo
de carácter digno de ser aprobado por Dios.