Página 127 - Testimonios para la Iglesia, Tomo 5 (1998)

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Amonestaciones y reprensiones
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veces quise juntar a tus hijos, como la gallina junta sus polluelos
debajo de sus alas, y no quisiste!”
Mateo 23:37
. Su necio corazón
ha despreciado el consejo de sus mejores amigos. Por causa de las
serias y fieles amonestaciones que se han dado para protegerlo de
los errores de toda su vida, usted ha creído que es un gran beneficio
para la iglesia. Es cierto que es capaz de ser útil en Cristo Jesús; no
obstante, el Señor y la iglesia pueden desenvolverse sin usted. Si así
lo desea, puede unirse al ejército de los seguidores de Cristo; puede
compartir sus conflictos y sus triunfos; pero si no escoge hacerlo,
el ejército abnegado que marcha bajo la bandera ensangrentada
de la cruz avanzará hacia una victoria segura y usted quedará a la
zaga. Si escoge conducir su propia frágil barca a través de las aguas
turbulentas de la vida, tendrá que dar cuenta de su osadía y será
considerado culpable por los resultados.
Si se diera cuenta cómo ya ha flaqueado usted con relación a
sus principios, si pudiera ver el peligro en que están su honor y
su honradez, vería que Dios no está con usted y que no debiera
ocupar el puesto de responsabilidad que tiene; usted no es digno. Mi
corazón se entristece de veras cuando me doy cuenta de lo que pudo
haber llegado a ser si se hubiera entregado enteramente al Señor y
visto entonces el poder que el enemigo ejercía sobre usted.
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La obra de la escuela sabática es importante, y todos los que están
interesados en la verdad deben esforzarse para hacerla prosperar.
El Hno. _____ pudo haber servido bien en este ramo de la obra si
él y otros en la iglesia hubieran seguido el camino recto; pero lo
han alabado y engreído demasiado, lo cual casi lo ha destruido. El
Señor puede obrar sin él, pero él no puede estar sin Dios. El Señor
encomendará su obra a hombres de manos limpias y corazón puro;
por lo tanto, es un honor llevar las responsabilidades de su causa.
La obra de temperancia también merece nuestros mejores esfuer-
zos; pero debe ejercerse con gran cuidado para que las reuniones de
temperancia sean lo más elevadas y ennoblecedoras que sea posible.
Evitad la obra superficial y todo lo que sea de carácter teatral. Los
obreros que se dan cuenta del solemne carácter de esta obra manten-
drán normas elevadas; pero hay una clase de personas que no tienen
respeto por la causa de la temperancia; su única preocupación es
hacer alarde de su ingenio sobre el escenario. A los que son puros,
a los considerados y los que entienden el propósito de la obra, se