Página 140 - Testimonios para la Iglesia, Tomo 5 (1998)

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Testimonios para la Iglesia, Tomo 5
posibilidad de que sean perdonados. Pero abusan continuamente de
la tolerancia y misericordia de Dios. David pensó en sus días que
los hombres habrían sobrepasado los límites de la paciencia de Dios,
por lo que él debía intervenir para vindicar su honor y restringir la
maldad.
El señor _____ es un maestro de doctrinas que contaminan el
templo del Señor. Apenas si queda un rayo de esperanza para él;
se ha engañado a sí mismo y también a otros por tan largo tiempo
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que Satanás ha adquirido el control casi completo sobre su mente y
cuerpo. Ojalá el ropaje de justicia que profesa se le pudiera desgarrar
para exponer sus propósitos y pensamientos viles a fin de que no
siga conduciendo a otros por caminos que llevan al infierno.
Primero odió y luego resistió las amonestaciones, de Dios, por-
que hicieron que su proceder pecaminoso se percibiera a la luz de la
ley de Dios. Que transcurran meses y años sin que haya un despertar
de arrepentimiento es una de las evidencias más tristes del poder
ofuscador del pecado. Con firme persistencia ha seguido su curso
decadente. No tiene sentimientos de amargo remordimiento, ni nin-
gún temor de la venganza del cielo. Si logra encubrir sus pecados
por medio de las mentiras y el engaño para que no sean observados,
queda satisfecho. Toda conciencia del bien y del mal está muerta
dentro de él. Le espera una cosecha la cual le causará horror tener
que recoger.
El peor aspecto de este caso es que toda su obra diabólica la
hace bajo el pretexto de ser un representante de Cristo. Un pecador
vestido como ángel de luz puede hacer un daño incalculable. Inten-
cionalmente se trazan planes siniestros y temibles para separar al
marido de la mujer. Declaró el apóstol: “Porque éstos son los que
se meten en las casas y llevan cautivas a mujercillas cargadas de
pecados, arrastradas por diversas concupiscencias”.
2 Timoteo 3:6
.
Estos personajes libertinos se meten hasta en las familias de respeto
y por medio de artimañas engañosas e intrigas llevan cautivos a
los sinceros. Herejías dignas de condenación son recibidas como
verdad, los pecados más repugnantes como actos de justicia, debido
a que la conciencia está confundida y embrutecida.
Este hombre aceptó la doctrina impopular de que el séptimo día
es el sábado del Señor para impartirle a su experiencia religiosa
una apariencia de honestidad. Nuestros conceptos han sido clara-