Página 144 - Testimonios para la Iglesia, Tomo 5 (1998)

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Testimonios para la Iglesia, Tomo 5
que reconocen las herejías de la época actual, y no están satisfechas
con la condición espiritual que existe en las iglesias. Con corazón
veraz y sincero, desean ver un cambio hacia lo mejor, una elevación
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a una norma superior. Si los fieles siervos de Cristo les presentasen
la verdad en su forma pura y sin adulteración, estas personas la
aceptarían y se purificarían obedeciéndola. Pero Satanás, que vela
siempre, sigue el rastro de estas almas investigadoras. Se les presenta
alguien que hace una alta profesión de fe, como Satanás cuando fue
a Cristo disfrazado de ángel de luz, y las atrae aún más lejos de la
senda recta.
Es incalculable la desgracia y la degradación que siguen en la
estela de la licencia. El mundo está contaminado por sus habitantes.
Casi han colmado la medida de su iniquidad; pero lo que atraerá la
retribución más grave es la práctica de la iniquidad bajo el manto de
la piedad. El Redentor del mundo no despreció nunca el verdadero
arrepentimiento, por grande que fuera la culpa; pero lanzó ardientes
denuncias contra los fariseos y los hipócritas. Hay más esperanza
para el que peca abiertamente que para esta clase de personas.
“Por esto [por no recibir el amor de la verdad] Dios les envía
un poder engañoso, para que crean la mentira, a fin de que sean
condenados todos los que no creyeron a la verdad, sino que se com-
placieron en la injusticia”
2 Tesalonicenses 2:11, 12
. Este hombre
y las personas engañadas por él no aman la verdad, sino que en-
cuentran placer en la injusticia. ¿Y qué engaño más poderoso podría
sobrevenirles que el que sostiene que en el adulterio y el libertinaje
no hay nada que pueda desagradar a Dios? La Biblia contiene nu-
merosas advertencias acerca de este pecado. Pablo escribe a Tito
acerca de los que “profesan conocer a Dios, pero con los hechos lo
niegan, siendo abominables y rebeldes, reprobados en cuanto a toda
buena obra”.
Tito 1:16
. “Pero hubo también falsos profetas entre el
pueblo, como habrá entre vosotros falsos maestros, que introducirán
encubiertamente herejías destructoras, y aun negarán al Señor que
los rescató, atrayendo sobre sí mismos destrucción repentina. Y mu-
chos seguirán sus disoluciones, por causa de los cuales el camino de
la verdad será blasfemado”.
2 Pedro 2:1, 2
. Las personas a quienes
aquí se refiere no son las que sostienen abiertamente que no tienen fe
en Cristo, sino las que profesan creer en la verdad, pero que debido