Página 155 - Testimonios para la Iglesia, Tomo 5 (1998)

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¿Robará el hombre a Dios?
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de nuestras hermanas obtienen buenas entradas, pero lo gastan casi
todo en la gratificación de su orgullo en el vestir.
Las necesidades de la causa aumentarán continuamente a medida
que nos acercamos al fin del tiempo. Se necesitan medios para pro-
veer breves cursos de estudio para los jóvenes en nuestras escuelas,
para prepararlos para la obra eficiente en el ministerio y en diferen-
tes ramos de la causa. En este punto, no estamos poniéndonos a la
altura de nuestros privilegios. Pronto todas las escuelas que tenemos
serán cerradas. ¡Cuánto más se podría haber logrado si los hombres
hubieran obedecido a los requerimientos de Cristo en la beneficen-
cia cristiana! ¡Qué influencia habría tenido sobre el mundo nuestra
presteza para entregarlo todo por Cristo! Habría sido uno de los
argumentos más convincentes en favor de la verdad que profesamos
creer; un argumento que el mundo no podría comprender mal, ni
contradecir. El Señor nos habría distinguido con sus bendiciones
aun ante los ojos del mundo.
La primera iglesia cristiana no tuvo los privilegios y oportuni-
dades que nosotros tenemos. Eran un pueblo pobre, pero sentían el
poder de la verdad. El blanco que tenían por delante era suficiente
para llevarlos a invertirlo todo. Sentían que la salvación o la perdi-
ción del mundo dependía de sus medios. Lo entregaron todo, y se
mantuvieron listos para ir o venir a las órdenes de su Señor.
Nosotros profesamos estar gobernados por los mismos princi-
pios, bajo la influencia del mismo espíritu. Pero en vez de darlo todo
por Cristo, muchos han tomado el lingote de oro, y el codiciable
manto babilónico, y los han escondido en el campamento. Si la
presencia de un solo Acán bastó para debilitar todo el campamento
de Israel, ¿podemos sorprendernos ante el escaso éxito que corona
nuestros esfuerzos, ahora que cada iglesia, y casi cada familia, tiene
su Acán? Vayamos individualmente a trabajar para estimular a otros
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por nuestro ejemplo de benevolencia desinteresada. La obra podría
haber avanzado con mucho mayor poder, si todos hubieran hecho lo
posible por proveer medios para la tesorería.
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