Página 222 - Testimonios para la Iglesia, Tomo 5 (1998)

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Testimonios para la Iglesia, Tomo 5
Nadie está más lejos del reino de los cielos que los formalistas
que se justifican a sí mismos, llenos de orgullo por lo que han
logrado, mientras que están completamente vacíos del Espíritu de
Cristo; mientras la envidia, los celos, el amor por el halago y la
popularidad los controlan. Pertenecen a la misma clase a la cual
Juan llamó generación de víboras, hijos del maligno. Entre nosotros
se encuentra este tipo de persona, invisible e insospechado. Sirven a
la causa de Satanás de manera más eficaz que el libertino más vil;
porque éste no disfraza su verdadero carácter, sino demuestra lo que
es.
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Dios requiere que rindamos fruto digno de arrepentimiento. Sin
tal fruto, nuestra profesión de fe no tiene valor. El Señor es capaz
de levantar verdaderos creyentes entre los que nunca han oído su
nombre. “No penséis decir dentro de vosotros mismos: A Abraham
tenemos por padre; porque yo os digo que Dios puede levantar hijos
a Abraham aun de estas piedras”.
Mateo 3:9
.
Dios no depende de hombres que no están convertidos de corazón
y vida. Nunca favorecerá a un hombre que práctica la iniquidad. “Y
ya también el hacha está puesta a la raíz de los árboles; por tanto,
todo árbol que no da buen fruto es cortado y echado en el fuego”.
Mateo 3:10
.
Aquellos que alaban y lisonjean al ministro, además de descuidar
las obras de justicia, dan evidencia inconfundible de estar converti-
dos al ministro y no a Dios. Preguntamos: “¿Quién os enseñó a huir
de la ira venidera?”
Mateo 3:7
;
Lucas 3:7
. En el mensaje que Dios
envió, ¿escuchasteis la voz del Espíritu Santo o una mera voz de
hombre? La clase de fruto dará evidencia de la naturaleza del árbol.
El formalismo exterior no es capaz de purificarnos; ninguna
ordenanza, administrada por los hombres más santos, puede tomar
el lugar del bautismo del Espíritu Santo. El hará esta obra en el
corazón. Todos los que no han experimentado su poder regenerador,
son como tamo entre el trigo. El Señor tiene su aventador en la mano
y limpiará bien su era. En el día venidero, él hará diferencia “entre
el que sirve a Dios y el que no lo sirve”.
El Espíritu de Cristo se manifestará en todos aquellos que han
nacido de Dios. La disensión y la contienda no pueden surgir entre
los que son controlados por su Espíritu. “Purificaos los que lleváis los
utensilios de Jehová”.
Isaías 52:11
. La iglesia raras veces perseguirá