Página 270 - Testimonios para la Iglesia, Tomo 5 (1998)

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Testimonios para la Iglesia, Tomo 5
gloria de servir a Cristo; que ponga en alto los principios y las
normas cristianas; que llene su mente de las preciosas promesas,
las amonestaciones, los consejos y las amenazas de la palabra de
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Dios; que vea la importancia de poseer fe y obras correspondientes
para que pueda justamente representar en el hogar, en la iglesia
y en sus negocios la pureza y el carácter elevado de la religión.
Debe vincularse con Cristo para que pueda tener poder espiritual. Su
conexión con el mundo y con las influencias contrarias al espíritu de
la verdad tienen mayor poder sobre él que el Espíritu de Cristo. He
ahí su peligro; y con el tiempo su fe naufragará a menos que cambie
su manera de proceder y se conecte con la Fuente de luz.
Si su interés en las cosas espirituales fuese tan grande como lo
es en las cosas del mundo, su consagración a Dios sería completa;
demostraría ser un verdadero discípulo de Cristo y Dios aceptaría y
usaría sus talentos, los cuales están ahora enteramente dedicados al
servicio del mundo. La habilidad que se dedica en la acumulación de
propiedades es la misma que se requiere en la causa de Dios. Hacen
falta gerentes en todos los ramos de su obra para que ella pueda ser
llevada a cabo con energía y sistema. Si un hombre posee tacto, es
hacendoso y entusiasta, tendrá éxito en sus negocios temporales y
las mismas cualidades, dedicadas a la obra de Dios, resultarán aun
doblemente eficaces, porque el poder divino se combinará con el es-
fuerzo humano. Los planes mejores, bien sea en asuntos temporales
o espirituales, terminarán en fracaso si su ejecución es confiada a
manos inexpertas e incapaces.
Aquellos que entierran sus talentos en este mundo no están com-
placiendo a Dios. Todas sus energías son dedicadas a la acumulación
de propiedades, y el deseo de acumular se convierte en una pasión.
El hermano A es un hombre activo, y siente satisfacción en llevar a
cabo proyectos seculares. Si se ejerciera el mismo interés, tacto y
ambición en los negocios del Señor, ¡cuánto mayores y más nobles
serían los resultados! La educación que se recibe a través de los
negocios seculares no será ni de la menor utilidad en la vida futura,
porque en el cielo no se llevarán a cabo negocios de esta índole;
pero, si las facultades que Dios ha dado son usadas para su gloria,
para el progreso de su reino, se recibe una educación que podrá
llevarse al cielo.