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Testimonios para la Iglesia, Tomo 5
Procuraban constantemente alejar a la gente de su lado. ¿Era éste un
comportamiento correcto? Si lo era, entonces el hermano D no ha
pecado, porque está haciendo una obra similar. Ahora puede romper
la trampa del enemigo; ahora puede vencer su espíritu que lo induce
a exaltarse por encima de sus hermanos. Que busque la humildad y
que aprenda a estimar a los demás mejor que a sí mismo. Si trabajara
con fidelidad y en armonía con el plan de Dios, oiría las dulces
palabras, “Bien hecho”, de los labios del Maestro. Pero si rechaza
los esfuerzos de los siervos de Dios, si elige su propio camino y se
apoya en su propio entendimiento, ciertamente hará naufragar su fe.
Dios no ha pasado por alto a su pueblo ni ha elegido a un hom-
bre solitario aquí y otro allí como los únicos dignos de que les sea
confiada su verdad. No da a un hombre una nueva luz contraria a la
fe establecida del cuerpo. En todas las reformas se han levantado
hombres que aseveraban esto. Pablo amonestó a la iglesia de su
tiempo: “Y de vosotros mismos se levantarán hombres que hablen
cosas perversas, para llevar discípulos tras si”.
Hechos 20:30
. El
mayor daño que pueda recibir el pueblo de Dios proviene de aque-
llos que salen de él hablando cosas perversas. Por su medio queda
vilipendiado el camino de la verdad.
Nadie debe tener confianza en sí mismo, como si Dios le hubiese
dado una luz especial más que a sus hermanos. Se nos represen-
ta a Cristo como morando en su pueblo; y a los creyentes como
“edificados sobre el fundamento de los apóstoles y profetas, siendo
la principal piedra del ángulo Jesucristo mismo; en quien todo el
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edificio, bien coordinado, va creciendo para ser un templo santo en
el Señor; en el cual vosotros también sois juntamente edificados
para morada de Dios en Espíritu”. “Yo pues, preso en el Señor -dice
Pablo-, os ruego que andéis como es digno de la vocación con que
fuisteis llamados; con toda humildad y mansedumbre, soportándoos
con paciencia los unos a los otros en amor; solícitos en guardar la
unidad del Espíritu, como fuisteis también llamado en una misma
esperanza de vuestra vocación; un Señor, una fe, un bautismo, un
Dios y Padre de todos, el cual es sobre todos, y por todos, y en
todos”.
Efesios 2:20-22; 41-6
.
Lo que el hermano D llama luz es aparentemente inofensivo y
no se diría que alguien pudiese verse perjudicado por ello. Pero,
hermanos, es idea y cuña de entrada de Satanás. Esto ha sido probado