El engaño del pecado
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vez tras vez. Uno acepta alguna idea nueva y original que no parece
estar en conflicto con la verdad. Se espacia en ella hasta que le
parece que está revestida de belleza e importancia, porque Satanás
tiene poder para dar esa falsa apariencia. Al fin llega a ser el tema
que lo absorbe todo, el único gran punto alrededor del cual gira todo,
y la verdad queda desarraigada del corazón.
Apenas se inician en su mente ideas erráticas, el hermano D
empieza a perder la fe, y a poner en duda la obra del Espíritu que se
ha manifestado entre nosotros durante tantos años. No es un hombre
que haya de albergar lo que él llama luz especial sin impartirla a
otros; por lo tanto no hay seguridad en darle una influencia que le
capacitará para desequilibrar a otras mentes. Es abrir una puerta por
la cual Satanás hará penetrar muchos errores que distraigan la mente
de la importancia de la verdad para este tiempo. Hermanos, como
embajadora de Cristo, os amonesto a que desconfiéis de estas cues-
tiones laterales, que tienden a distraer la mente de la verdad. Nunca
es el error inofensivo ni santifica, sino que siempre es peligroso y
produce confusión y disensión. El enemigo ejerce gran poder sobre
las mentes que no están cabalmente fortalecidas por la oración y
establecidas en la verdad bíblica.
Hay mil tentaciones disfrazadas y preparadas para aquellos que
tienen la luz de la verdad; y la única seguridad para cualquiera
de nosotros consiste en no recibir ninguna nueva doctrina, ningu-
na nueva interpretación de las Escrituras, sin someterla primero a
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hermanos de experiencia. Presentádsela con un espíritu humilde y
dispuesto a recibir enseñanza, con ferviente oración, y si ellos no la
aceptan, ateneos a su juicio; porque “en la multitud de consejeros
hay seguridad”.
Proverbios 11:14
.
Satanás vio en el hermano D rasgos que le permitirían obtener
ventaja. Cristo dijo: “Porque viene el príncipe de este mundo, y
él nada tiene en mí”.
Juan 14:30
. Pero el hermano D, mientras
aparentaba poseer mucha humildad, ha manifestado una autoestima
demasiado elevada. Durante años ha abrigado el sentimiento de que
sus hermanos no lo aprecian, sentimiento que ha expresado a otros;
y Satanás encontró en él a una persona presumida y arrogante a la
cual podía atraer con éxito.
Este es un momento de gran peligro para el hermano D y para
muchos otros. Los ángeles de Dios observan a estas almas con