Página 305 - Testimonios para la Iglesia, Tomo 5 (1998)

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El pecado del descontento
Queridos amigos: Se me ha mostrado que, como familia, experi-
mentáis mucho descontento innecesario. No es el designio de Dios
que os sintáis miserables; pero habéis apartado vuestra mente de Je-
sús y la habéis concentrado demasiado en vosotros mismos. El gran
pecado de vuestra familia es el de lamentarse por las providencias
de Dios; vuestra desobediencia en este respecto es verdaderamente
alarmante. Habéis engrandecido las pequeñas dificultades y expre-
sado demasiado el desánimo. Tenéis la costumbre de cubrir todo lo
que os rodea de luto y os habéis hecho infelices sin causa alguna.
Vuestras continuas murmuraciones os están separando de Dios.
Debéis apartaros del terreno encantado de Satanás y no permitir
que vuestras mentes sean disuadidas de la alianza con Dios. En
Cristo podéis y debéis ser felices y adquirir hábitos de dominio
propio. Aun vuestros pensamientos han de ser sujetados a la voluntad
de Dios y vuestros sentimientos puestos bajo el control de la razón
y la religión.
La imaginación no os fue dada para permitir que anduviera des-
bocada siguiendo su propia voluntad, sin que se hiciera esfuerzo
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alguno para restringirla o disciplinarla. Si los pensamientos son
malos, los sentimientos también lo serán, y los pensamientos y sen-
timientos combinados constituyen el carácter moral de la persona.
Cuando decidís que como cristianos no se requiere que dominéis
los pensamientos y los sentimientos, caéis bajo la influencia de án-
geles malos e invitáis su presencia y control. Si cedéis a vuestras
impresiones y permitís que vuestros pensamientos se encaucen en
dirección de la sospecha, la duda y la lamentación, os contaréis entre
los mortales más infelices y vuestras vidas resultarán ser un fracaso.
Querida hermana F, tiene usted una imaginación enfermiza; y
deshonra a Dios al permitir que sus sentimientos ejerzan un con-
trol completo sobre su razón y juicio. Posee una voluntad porfiada,
determinada, la cual hace que la mente reaccione sobre el cuerpo,
desequilibrando la circulación y causando congestión en ciertos
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