Página 323 - Testimonios para la Iglesia, Tomo 5 (1998)

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La educación de los niños
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hijos. La familia entera, padres e hijos, están bajo la censura divina;
y ninguno de ellos puede esperar entrar en las mansiones eternas a
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menos que reanuden sus deberes por tanto tiempo descuidados y, en
el Espíritu de Cristo, construyan caracteres que Dios pueda aprobar.
Los padres son responsables de la obra que sale de sus manos.
Han de tener sabiduría y firmeza para hacer su obra fielmente y con
un espíritu correcto. Han de educar a sus hijos para que sean útiles,
desarrollando en ellos los talentos que Dios les dio. El descuido de
esto no se debe tener en menos, antes se debe hacer un asunto para
disciplina de la iglesia, porque traerá la maldición de Dios sobre los
padres y el reproche y graves pruebas y dificultades sobre la iglesia.
Una lepra moral contagiosa que contamina los cuerpos y las almas
de la juventud a menudo resulta del descuido de la disciplina y el
refrenamiento de los jóvenes; y ya es tiempo que se haga algo para
contener sus estragos.
La Biblia da instrucciones explícitas referentes a la importancia
de la educación de los hijos: “Oye, Israel: Jehová es nuestro Dios,
Jehová uno es. Y amarás a Jehová tu Dios con todo tu corazón, y
con toda tu alma, y con todas tus fuerzas. Y estas palabras que yo
te mando hoy, estarán sobre tu corazón; y las repetirás a tus hijos, y
hablarás de ellas estando en tu casa, y andando por el camino, y al
acostarte, y cuando te levantes. Y las atarás como una señal en tu
mano, y estarán como un recordatorio ante tus ojos; y las escribirás
en los postes de tu casa, y en tus puertas”
Deuteronomio 6:4-9
.
El Señor ordenó a los israelitas que no contrajesen matrimonio
con los pobladores de las naciones idólatras que los rodeaban. “Y no
emparentarás con ellas; no darás tu hija a su hijo, ni tomarás a su hija
para tu hijo. Porque desviará a tu hijo de en pos de mí, para servir a
dioses ajenos; y el furor de Jehová se encenderá sobre vosotros, y
os destruirá pronto”.
Deuteronomio 7:3, 4
. “Porque tú eres pueblo
santo para Jehová tu Dios; Jehová tu Dios te ha escogido para serle
un pueblo especial, entre todos los pueblos que están sobre la tierra.
No por ser vosotros más que todos los pueblos os ha querido Jehová
y os ha escogido, pues vosotros érais el más insignificante de todos
los pueblos; sino por el amor que Jehová os tiene, y porque quiso
guardar el juramento que hizo a vuestros padres...”
Deuteronomio
7:6-8
.