Página 395 - Testimonios para la Iglesia, Tomo 5 (1998)

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La importancia de la obra del colportaje
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si sus manos están manchadas de pecado o cuyo corazón no esté
bien con Dios, porque tales personas seguramente deshonrarán la
causa de la verdad. Aquellos que son obreros en el campo misionero
necesitan que Dios los guíe. Deben cuidarse de comenzar bien y
luego continuar callada y firmemente en el camino de la rectitud.
Deben ser resueltos, porque Satanás es determinado y perseverante
en sus esfuerzos por derrotarlos.
Se ha cometido un error al solicitar suscripciones para nuestras
revistas por sólo pocas semanas, cuando con un esfuerzo apropia-
do se hubieran conseguido suscripciones mucho más largas. Una
suscripción anual es de mucho más valor que muchas a corto plazo.
Pocas personas renuevan sus suscripciones por un período más largo,
y de esta manera se hace una gran inversión de tiempo que rinde re-
sultados pequeños, cuando si se hubiera usado un poco más de tacto
y perseverancia, se hubieran podido conseguir suscripciones más
largas. Hermanos, vuestra mira es demasiado corta; vuestros planes
son demasiado estrechos. No ponéis en vuestro trabajo todo el tacto
y la perseverancia que se merece. Hay más dificultades en esta obra
que en algunos otros ramos de negocio; pero las lecciones que se
aprenderán, el tacto y la disciplina que se adquirirán, os capacitarán
para otros campos de utilidad donde ministréis a las almas. Aque-
llos que no aprenden correctamente la lección y son descuidados y
precipitados al tratar con la gente, exhibirían los mismos defectos
en sus maneras, la misma falta de tacto en el trato con las mentes,
en la obra del ministerio, si entraran en ella.
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Mientras se aceptan suscripciones cortas, algunos no hacen el es-
fuerzo necesario para obtenerlas a plazos más largos. Los colportores
no debieran cubrir el terreno en forma descuidada y desinteresada.
Deben sentirse obreros del Señor y el amor por las almas debiera
inducirlos a hacer todo el esfuerzo posible para llevar a hombres y
mujeres la luz de la verdad. La providencia y la gracia, los medios
y los fines, están estrechamente relacionados. Cuando sus obreros
hacen lo mejor que pueden, Dios realiza mediante ellos lo que no
pueden hacer por sí mismos; pero nadie debe esperar tener éxito
independientemente y mediante sus propios esfuerzos. Ha de haber
actividad unida a una firme confianza en Dios.
La economía es necesaria en todos los departamentos de la
obra del Señor. La actitud natural de la juventud de estos días es