Página 403 - Testimonios para la Iglesia, Tomo 5 (1998)

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La obra de publicaciones
Hay y siempre habrá mucha incertidumbre relacionada con la
oficina de publicaciones de Battle Creek, Míchigan. Las instituciones
que se han establecido allí son instrumentos de Dios para realizar su
obra en la tierra. Por esta razón Satanás está en el lugar ejerciendo
sus tácticas para confundir y turbar. Se allega con sus tentaciones a
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los hombres y mujeres que están conectados con estas instituciones,
sea que estén en puestos de responsabilidad o haciendo el trabajo
más humilde, y si es posible los entrampa de tal forma con sus
artificios, que pierden su conexión con Dios, no razonan en forma
juiciosa y se vuelven incapaces de discernir entre el bien y el mal.
El sabe que ciertamente llegará el tiempo cuando se manifestará el
espíritu que ha controlado la vida, y se complace en ver que las vidas
de estas personas no dan testimonio de ser colaboradores con Cristo.
Muchos de los que han alcanzado la edad y la estatura de la
adultez son deficientes en los elementos que constituyen un carácter
noble y viril, de modo que no se puede depender de ellos. Algunos
están conectados con nuestras instituciones. Tienen influencia, pero
es de carácter perjudicial, porque raras veces se ejerce al lado del
bien. A la vez que profesan piedad, su ejemplo tiende constante-
mente a fomenta la impiedad. El escepticismo se va entretejiendo
en sus pensamientos; lo expresan en palabras y usan sus facultades
para pervertir la piedad, la verdad y la justicia. Sus mentes están
controladas por Satanás, y él obra por su medio para desmoralizar
y traer confusión. Mientras más agradables y atractivas sean sus
maneras, más ricamente estén dotados de brillantes talentos, más
efectivos serán como agentes en las manos del enemigo de toda jus-
ticia para desmoralizar a todos los que caigan bajo su influencia. Se
encontrará que es una tarea dura e ingrata evitar que estas personas
se conviertan en un poder dominante llevando a cabo sus propios
propósitos y fomentando el desorden y las bajas pasiones.
La juventud que se expone a su influencia nunca está segura, a
menos que los que se encargan de su cuidado practiquen la mayor
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