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Testimonios para la Iglesia, Tomo 5
segura. Vez tras vez se han enviado testimonios del Espíritu de Dios,
indicándole de qué manera se estaba desviando del camino trazado
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para la marcha de los redimidos del Señor. Fue amonestado y se le
rogó que cambiara de rumbo. Pero a él le pareció bien seguir sus
propios caminos; y ha seguido su inclinación, haciendo caso omiso a
la luz que se le ha dado. No era un consejero digno de confianza. No
era un hombre de confianza en la oficina; ni tampoco era un pastor
de confianza, porque hacía descarriar a las ovejas. Ha predicado
excelentes discursos; pero fuera del púlpito no ha observado los
principios que predicaba. Esta clase de obra es una ofensa contra
Dios.
La unión del hermano P con el mundo ha demostrado ser una
trampa tanto para él mismo como para los demás. Oh, ¡cuántos
son los que tropiezan por causa de vidas como la suya! Tienen la
idea equivocada de que después de dar los primeros pasos de la
conversión, el arrepentimiento, la fe, el bautismo, eso es todo lo que
se requiere de ellos. Pero éste es un error fatal. La lucha ardua por la
conquista del yo, por la santidad y por el cielo, es una lucha de toda
la vida. Esta es una guerra sin cuartel; hay que hacer un esfuerzo
continuo y perseverante. La integridad cristiana deberá buscarse con
indomable energía y mantenerse con propósito firme y decidido.
Una experiencia religiosa que es genuina, se desarrolla y se in-
tensifica. El avance continuo, el conocimiento creciente de la Palabra
de Dios y su aplicación con poder, son los resultados naturales de
una conexión viva con Dios. La luz del amor santo va en aumento
hasta llegar al pleno día. El hermano P tuvo el privilegio de tener
una experiencia como ésta; pero no tenía el aceite de la gracia en su
lámpara, y su luz se ha estado apagando. Si no cambia decididamen-
te pronto, se encontrará en un lugar donde ni las amonestaciones ni
los ruegos podrán alcanzarlo. Su luz se extinguirá en las tinieblas, y
quedará abandonado a la desesperación.
La importancia de la economía
El hermano P es bueno para los negocios en algunos ramos de la
obra, lo cual lo capacitará para servir en la oficina de manera acep-
table; pero él no se ha educado ni disciplinado para ser gerente de
empresa eficiente. Bajo su cargo ha habido graves olvidos; ha exis-
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