Página 410 - Testimonios para la Iglesia, Tomo 5 (1998)

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Testimonios para la Iglesia, Tomo 5
totalmente ineficientes en asuntos de administración. Otros hacen
lo mejor que pueden, pero carecen de experiencia y no comprenden
la obra de publicaciones. A menudo sus ideas son estrechas. No
saben cómo atender las demandas de la causa; y por consiguiente,
son incapaces de calcular las ventajas y desventajas implicadas en la
ampliación de su obra. Están propensos a errar en su juicio, a hacer
cálculos erróneos, y evaluaciones incorrectas. Ha habido pérdidas
debido a que dejaron de hacerse evaluaciones apropiadas y a que
no se aprovecharon debidamente las oportunidades de darle empuje
a la obra de publicaciones. En una institución como ésta, pueden
perderse miles de dólares por causa de cálculos indebidos hechos
por personas incompetentes. En cierto sentido, el hermano P tenía la
capacidad de comprender y tomar en cuenta debidamente los intere-
ses de la obra de publicaciones, pero su influencia causó daño a la
oficina.
Debiera haber alguien que se ocupe de que los jóvenes que in-
gresen a la oficina para aprender oficios reciban atención esmerada y
apropiada. Para este trabajo debiera emplearse a un hombre que ten-
ga capacidad para enseñar, que sea paciente, bondadoso y perceptivo.
Si es que no basta un solo hombre para hacer esta obra, se podrían
emplear otros más. Si se hace esto con fidelidad, le ahorrará a la
oficina los salarios de tres personas. Estos jóvenes están formando
hábitos que afectarán su experiencia total. Están por así decirlo, en
una escuela; y si se los deja solos para que capten conocimientos
como mejor puedan, se verán marcados defectos en toda su obra
futura. En ellos deben colocarse los fundamentos de la prontitud, la
honradez y la integridad. La formación de hábitos correctos cuando
se es joven es de importancia capital. Si en lugar de ser preparados
en la obediencia de normas y reglas y en hábitos de puntualidad,
cumplimiento, aseo, orden y economía, se les permite formar hábitos
impropios y laxos, se verán propensos a retener estos malos rasgos
durante toda su vida. Puede ser que tengan el talento necesario para
tener éxito en los negocios, de modo que debe enseñárseles la im-
portancia de hacer uso correcto de sus facultades. También se les
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debiera enseñar a ser económicos y a “recoger los pedazos” para
que nada se desperdicie.
Los que ocupan puestos de responsabilidad no deben intentar
hacer más de lo que pueden llevar a cabo en forma concienzuda,