Página 418 - Testimonios para la Iglesia, Tomo 5 (1998)

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Los negocios y la religión
Los que estan empleados en nuestras diversas instituciones -
como casas editoras, escuelas y sanatorios-, deben tener una relación
viva con Dios. Es especialmente importante que los obreros que
administran estos ramos de la obra sean hombres que den al reino
de Dios y su justicia la primera consideración. No son dignos de
su posición de confianza, a menos que consulten a Dios y lleven
fruto para su gloria. Deben conducirse de tal modo que honren a su
Creador, se ennoblezcan ellos mismos y beneficien a sus semejantes.
Todos tienen rasgos naturales que deben ser cultivados o reprimidos,
puesto que facilitarán o estorbarán el crecimiento en la gracia y la
profundidad de la experiencia religiosa.
Los que se dedican a la obra de Dios no pueden servir a esta
causa aceptablemente, a menos que usen lo mejor que puedan los
privilegios religiosos de que disfrutan. Son como árboles plantados
en el huerto del Señor; y él viene a nosotros buscando el fruto que
tiene derecho a esperar. Su ojo ve a cada uno de nosotros; lee nuestro
corazón y comprende nuestra vida. Esta es una inspección solemne,
porque se refiere al deber y al destino; ¡y con qué interés se cumple!
Pregúntese cada uno de aquellos a quienes han sido confiados
cometidos sagrados: “¿Qué ve en mí el ojo escrutador de Dios?
¿Está mi corazón limpio de contaminación, o han llegado a estar tan
profanados los atrios de su templo, tan ocupados por compradores
y vendedores, que Cristo no halla cabida?” El apresuramiento de
los negocios, si es continuo, apagará la espiritualidad, y desterrará a
Cristo del alma. Aunque profesen la verdad, si los hombres pasan
día tras día sin relación viva con Dios, serán inducidos a hacer cosas
extrañas; tomarán decisiones que no concordarán con la voluntad de
Dios. No hay seguridad para nuestros hermanos dirigentes mientras
avancen según sus propios impulsos. No estarán unidos con Cristo,
no obrarán en armonía con él. No podrán ver ni comprender las
necesidades de la causa y Satanás los inducirá a asumir actitudes
que estorbarán y molestarán.
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