Página 426 - Testimonios para la Iglesia, Tomo 5 (1998)

Basic HTML Version

422
Testimonios para la Iglesia, Tomo 5
y hablado cosas suaves, y de esa manera os han logrado halagar
y consolar; y vosotros a la vez los habéis halagado y consolado a
ellos en su indiferencia descuidada de lo que Dios requiere de ellos.
Habéis alentado su orgullo y amor por el placer; porque por vuestras
acciones le habéis dicho al pecador: “Todo te irá bien”. Al relacio-
naros con los mundanos, vuestro discernimiento se ha pervertido;
y los pecados que Dios abomina son a vuestro parecer inocuos e
inofensivos.
Temo en gran manera que por vuestra justicia propia estáis eri-
giendo barreras que nada podrá derribar. No habéis estado más cerca
de Dios, ni haciendo más sus obras, ni más llenos de su Espíritu, que
los profesos cristianos de las iglesias nominales. No habéis tenido
una verdadera comprensión de la santidad del sábado, y Dios no ha
aceptado vuestra observancia de su día santo. No habéis tenido ver-
dadera consagración, ni sincera devoción. Dios no ha sido honrado
por ninguno de vosotros; no lo habéis conocido por experiencia pro-
pia. Habéis caminado lejos de él tanto tiempo que es casi un extraño
para vosotros. Las cosas espirituales se disciernen espiritualmente;
pero habéis cultivado gustos y hábitos mundanales por tanto tiempo
que no os será fácil inclinar vuestra mente en otra dirección.
Pensaréis: “Duras palabras son éstas; ¿quién las puede oír?”
Juan 6:60
. Pero el mundo no puede comprender al pueblo de Dios.
No existe armonía entre los hijos de luz y los hijos de las tinieblas.
Pregunta Pablo: “¿Y qué armonía Cristo con Belial? ¿O qué parte
el creyente con el incrédulo? ¿Y qué concordia entre el santuario
de Dios y los ídolos? Porque vosotros sois el santuario del Dios
viviente, como Dios dijo: Habitaré y andaré entre ellos, y seré su
Dios y ellos serán mi pueblo. Por lo cual, salid de en medio de ellos,
y apartaos, dice el Señor, y no toquéis lo inmundo; y yo os acogeré,
y seré para vosotros por Padre, y vosotros me seréis por hijos e
hijas, dice el Señor Todopoderoso”.
2 Corintios 6:15-18
. Juan da el
siguiente testimonio: “Amados, ahora somos hijos de Dios, y aún no
se ha manifestado lo que hemos de ser, pero sabemos que cuando él
se manifieste, seremos semejantes a él, porque le veremos tal como
él es. Y todo aquel que tiene esta esperanza puesta en él, se purifica
a sí mismo, así como él es puro”
1 Juan 3:2-3
. Santiago pregunta:
[408]
“¿No sabéis que la amistad del mundo es enemistad contra Dios?