Página 430 - Testimonios para la Iglesia, Tomo 5 (1998)

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Testimonios para la Iglesia, Tomo 5
candeleros”.
Apocalipsis 3:15; 1:13
. El sabe qué oportunidades han
sido despreciadas, cuán incansables han sido los esfuerzos del buen
Pastor para buscar a los que andaban desviados por sendas tortuosas,
y para traerlos a la senda de la seguridad y paz. Repetidas veces,
Dios ha llamado a los que amaban los placeres, y ha hecho fulgurar
la luz de su Palabra a través de su senda, para que pudiesen ver su
peligro y escapar. Pero siguen adelante, bromeando mientras van
por el camino ancho, hasta que al fin termina su tiempo de gracia.
Los caminos de Dios son justos y ecuánimes; y cuando la sentencia
sea pronunciada contra aquellos que sean hallados faltos, toda boca
quedará cerrada...
Cuán diferentes serían las cosas para vosotros dos si hubieseis
comprendido en su verdadera luz la alabanza y honra que proviene
de los hombres. Los dos tenéis más sed de las alabanzas del mundo
que del agua de vida. La idea de ser considerados como importantes
entre los hombres del mundo os ha embriagado; sus palabras de
encomio os han engañado. Cuando deis la debida importancia a
los asuntos eternos, la amistad y estima de los ricos y eruditos no
ejercerán ninguna influencia sobre vosotros. El orgullo, no importa
de qué forma se manifieste, no vivirá más en vuestros corazones.
Pero habéis bebido por tanto tiempo del turbio manantial de la
mundanalidad que no os parece que haya una manera mejor de vivir.
Una y otra vez Dios ha extendido su mano para salvaros, mos-
trándoos cuáles sean vuestros deberes y obligaciones. Estos deberes
cambian de naturaleza según haya aumentado la luz. Cuando la luz
brilla, manifestando y reprendiendo errores que fueron expuestos,
debe haber un cambio correspondiente en la vida y el carácter. Hay
errores que eran el resultado natural de la ignorancia, o fallos en
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el discernimiento; pero a menos que se lleve a cabo una reforma
decidida conforme a la luz impartida, entonces se convierten en
pecados de presunción. La oscuridad moral que os rodea se hará
cada vez más densa; vuestros corazones se endurecerán cada vez
más, y causaréis mayor ofensa ante la vista de Dios. Vosotros no
os dais cuenta del peligro en que estáis, el peligro que existe de
que en vuestro caso la luz se desvanezca del todo, cubierta por una
oscuridad total. Cuando recibáis la luz y la apliquéis, crucificaréis el
pecado, moriréis verdaderamente para el mundo y viviréis para Dios.