Página 45 - Testimonios para la Iglesia, Tomo 5 (1998)

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Los padres y la disciplina
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en parábolas; evocaré los arcanos del pasado, las cosas que hemos
oído y entendido; que nuestros padres nos las contaron. No las
ocultaremos a nuestros hijos, contando a la generación venidera
las alabanzas de Jehová, y su potencia y las maravillas que hizo”.
Salmos 78:1-4
.
Los hijos son lo que los padres hacen de ellos por medio de su
instrucción, disciplina y ejemplo. De ahí la tremenda importancia de
que los padres sean fieles en preparar a los jóvenes para el servicio
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de Dios. A temprana edad se debería señalar a los hijos la santidad
de las obligaciones religiosas. Esta es una parte muy importante de
su educación. Nuestro deber para con Dios debe cumplirse antes
que cualquier otro. La estricta observancia de la ley de Dios, como
cosa de principio, debe ser enseñada y exigida. “El estableció un
testimonio en Jacob, y puso una ley en Israel, la cual mandó a
nuestros padres que la comunicasen a sus hijos; para que lo sepa la
generación venidera, y los hijos que nacerán; y los que se levantarán
lo cuenten a sus hijos, a fin de que pongan en Dios su confianza, y no
se olviden de las obras de Dios; que guarden sus mandamientos, y no
sean como sus padres, generación contumaz y rebelde; generación
que no dispuso su corazón, ni fue fiel para con Dios su espíritu”.
Salmos 78:5-8
.
Aquí se ve la gran responsabilidad que recae sobre los padres.
Aquellos hijos a quienes se les permite llegar a ser hombres y muje-
res de voluntad indisciplinada y pasiones descontroladas, general-
mente en el futuro seguirán un comportamiento que Dios condena.
Estos están ansiosos por los placeres frívolos y los compañeros
irreligiosos. Se les ha permitido descuidar los deberes religiosos
y acariciar las inclinaciones de un corazón carnal y, como conse-
cuencia, Satanás controla la mente y los principios. En _____ los
padres han dado amplio lugar para obrar de esta manera. La mayor
parte del descarrío que ha ocurrido en ese lugar ha venido como
resultado del descuido de los padres en instruir a sus hijos a vivir
una vida recta y religiosa. La condición de estos hijos es lamentable.
Profesan ser cristianos; pero sus padres no han asumido el peso de
la responsabilidad de enseñarles cómo ser cristianos; cómo narrar
las misericordias de Dios; cómo rendirle culto; cómo reflejar en sus
propias vidas la vida de Cristo.