Página 489 - Testimonios para la Iglesia, Tomo 5 (1998)

Basic HTML Version

La conducta en la casa de Dios
485
paganos será mucho más tolerable que la nuestra en el día de la
justicia retributiva de Dios.
[468]
Podría hacerse una obra mucho mayor que la que estamos ha-
ciendo ahora en cuanto a reflejar la luz de la verdad. Dios espera
que llevemos mucho fruto. Espera mayor celo y fidelidad, esfuerzos
más afectuosos y fervientes, de parte de los miembros individuales
de la iglesia en favor de sus vecinos y de los que no están en Cristo.
Los padres deben empezar su obra en un alto plano de acción. To-
dos los que llevan el nombre de Cristo deben revestirse de toda la
armadura, suplicar y amonestar a las almas y tratar de rescatarlas
del pecado. Inducid a todos aquellos a quienes podáis a escuchar
la verdad en la casa de Dios. Debemos hacer mucho más de lo que
estamos haciendo para arrancar a las almas del fuego.
Es demasiado cierto que la reverencia por la casa de Dios ha
llegado casi a extinguirse. No se disciernen las cosas y los lugares
sagrados, ni se aprecia lo santo y lo exaltado. ¿No falta en nuestra
familia la piedad ferviente? ¿No se deberá a que se arrastra en el
polvo el alto estandarte de la religión? Dios dio a su antiguo pueblo
reglas de orden, perfectas y exactas. ¿Ha cambiado su carácter? ¿No
es él el Dios grande y poderoso que rige en el cielo de los cielos?
¿No sería bueno que leyésemos con frecuencia las instrucciones
dadas por Dios mismo a los hebreos, para que nosotros, los que
tenemos la luz de la gloriosa verdad, imitemos su reverencia por
la casa de Dios? Tenemos abundantes razones para conservar un
espíritu ferviente y consagrado en el culto de Dios. Tenemos motivos
para ser aun más reflexivos y reverentes en nuestro culto que los
judíos. Pero un enemigo ha estado trabajando para destruir nuestra
fe en el carácter sagrado del culto cristiano.
El lugar dedicado a Dios no debe ser un lugar donde se realizan
transacciones comerciales mundanales. Si los niños se reúnen pa-
ra adorar a Dios en una pieza que se usa durante la semana como
escuela o almacén, serán más que humanos si no mezclan con sus
pensamientos de devoción los recuerdos de sus estudios o de las
cosas que sucedieron allí durante la semana. La educación y prepa-
ración de los jóvenes debe ser de un carácter que ensalce las cosas
sagradas y estimule la devoción pura a Dios en su casa. Muchos
de los que profesan ser hijos del Rey celestial no tienen verdade-
ro aprecio por el carácter sagrado de las cosas eternas. Casi todos
[469]