Página 516 - Testimonios para la Iglesia, Tomo 5 (1998)

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Testimonios para la Iglesia, Tomo 5
de rendimiento intelectual para que los alumnos puedan deslumbrar,
pero en cuanto a habilidades sólidas se refiere, aquellas que son
esenciales para capacitar a las personas para cualquier emergencia
en la vida práctica, tales estudiantes están sólo parcialmente prepa-
rados para tener éxito en la vida. Su defectuosa educación a menudo
los lleva al fracaso en cualquier ramo de empresa que acometan.
Los ejercicios de gimnasia pueden ser ventajosos bajo algunas
circunstancias. Fueron introducidos para suplir la necesidad de una
preparación física útil, y se han hecho populares en las instituciones
de enseñanza; pero tienen sus desventajas. A menos que se regulen
cuidadosamente, causan más mal que bien. Algunos han sufrido
daños físicos permanentes como consecuencia de estos deportes
llevados a cabo en el gimnasio. La preparación manual que existe
en nuestras escuelas, si se lleva a cabo bien, podrá en gran parte
reemplazar el gimnasio.
Los maestros deben prestar mucha más atención a las influencias
físicas, mentales y morales de nuestras escuelas. Aunque el estudio
de las ciencias puede llevar a los alumnos a las altas cumbres de
los logros literarios, no provee, sin embargo, una educación cabal
y perfecta. Cuando se atienda especialmente el desarrollo comple-
to de toda facultad física y moral que Dios ha dado, entonces los
estudiantes no saldrán de nuestros colegios diciendo que son edu-
cados, cuando en realidad carecen del conocimiento necesario para
hacer frente a la vida práctica y para lograr el desarrollo máximo del
carácter.
Me duele el corazón al ver estas deficiencias; porque el resultado
ha de ser la pérdida de la salud, la carencia de la capacidad de cuidar
de otros, y la falta de adaptación a esa clase de labor que es la más
esencial para lograr el éxito en la vida. Abundan en los periódicos
informes sensacionales de fraudes y malversaciones, de familias en
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miseria, maridos que se escapan con las esposas de otros hombres, y
de mujeres que se escapan con los esposos de otras mujeres, todo
porque a estas personas no se les enseñaron hábitos de laboriosidad
y nunca aprendieron cómo economizar el tiempo o cómo emplear
sus facultades en la mejor manera posible para establecer un hogar
feliz.
¡Ojalá me fuera posible hacer despertar a cada maestro de nuestro
país con respecto a este tema! Ellos tienen una obra que hacer para