Página 519 - Testimonios para la Iglesia, Tomo 5 (1998)

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Consejos a los jóvenes
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a no ser tan altamente estimado si sus principios fueran dados a
conocer.
No es tiempo de abochornarnos de nuestra fe. Somos espectáculo
ante el mundo, ante los ángeles, y ante los hombres. El universo
entero contempla con interés inefable la obra final de la controversia
entre Cristo y Satanás. En un tiempo como el presente, cuando la
obra del juicio de los vivos está por comenzar, ¿permitiremos que
la ambición no consagrada tome posesión del corazón? ¿Qué podrá
ser de algún valor para nosotros ahora excepto que seamos hallados
leales y fieles al Dios del Cielo? ¿Qué hay de valor verdadero en este
mundo cuando estamos a la orilla del mundo eterno? ¿Qué clase de
educación podremos dar a los alumnos de nuestras escuelas que sea
tan necesaria como el conocimiento de “¿Qué dicen las Escrituras?”
Ejemplos de fidelidad heroica hacia Dios
José, al ser honrado por los egipcios, no ocultó su lealtad hacia
Dios.
Elías, en medio de una apostasía general, no procuró esconder
el hecho de que servía al Dios del cielo. Los profetas de Baal eran
cuatrocientos cincuenta, sus sacerdotes cuatrocientos y miles sus
adoradores; mas Elías no intentó dar la impresión de que estaba
del lado popular. Espléndidamente se mantuvo solo. La montaña
estaba atestada de un gentío en anhelante expectativa. El rey se
presentó en toda su pompa, y los idólatras, confiados en que iban
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a triunfar, lo recibieron con aclamaciones. Pero Dios había sido
grandemente deshonrado. Un hombre, y solamente uno, parecía
vindicar el honor de Dios. En tonos claros como de trompeta, Elías
se dirigió a la vasta multitud: “¿Hasta cuándo claudicaréis vosotros
entre dos pensamientos? Si Jehová es Dios, seguidle; y si Baal, id
en pos de él”
1 Reyes 18:21
. El resultado fue que el Señor Dios,
que rige los cielos, fue vindicado, y los adoradores de Baal fueron
sometidos a muerte. ¿Dónde están los Elías de hoy?
La historia de Daniel es extraordinaria. Vivió su fe y sus prin-
cipios arrostrando gran oposición. Fue condenado a muerte porque
no cedió en lo mínimo con respecto a su lealtad hacia Dios aun en
vista del decreto del rey. Hoy día pudiera decirse que es ser justo
en demasía irse a arrodillar y orar frente a una ventana abierta tres