Página 520 - Testimonios para la Iglesia, Tomo 5 (1998)

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Testimonios para la Iglesia, Tomo 5
veces al día, consciente de que ojos intrusos lo observaban y que sus
enemigos estaban listos para acusarlo de deslealtad hacia el rey; mas
Daniel no iba a permitir que ningún poder terrenal se interpusiera
entre él y su Dios, aun bajo la perspectiva de muerte en el foso de los
leones. Aunque Dios no impidió que Daniel fuese lanzado dentro
del foso de los leones, un ángel entró con él y tapó sus bocas para
que ningún mal le sobreviniera; y en la mañana, cuando el monarca
lo llamó, él respondió: “Mi Dios envió a su ángel, el cual cerró la
boca de los leones, para que no me hiciesen daño, porque ante él fui
hallado inocente; y aun delante de ti, oh rey, yo no he hecho nada
malo”.
Daniel 6:22
. Era un noble y constante siervo de Dios.
No se gana nada por medio de la cobardía o teniendo temor de
dar a conocer que somos el pueblo de Dios que guarda sus man-
damientos. El ocultar nuestra luz, como si nos avergonzáramos de
nuestra fe, resultará sólo en desastre. Dios nos dejará a merced de
nuestra propia debilidad. Que el Señor nos libre de rehusar que
nuestra luz brille en cualquier lugar adonde él nos llame. Si nos
aventuramos a avanzar solos, siguiendo nuestras propias ideas, nues-
tros propios planes, dejando a Jesús atrás, no podemos esperar ganar
fuerzas, valor o brío espiritual. Dios ha tenido sus héroes morales,
y los tiene hoy día: son aquellos que no se avergüenzan de ser su
pueblo especial. Su voluntad y sus planes están sometidos a la ley de
Dios. El amor de Jesús los ha llevado a no estimar sus propias vidas
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como preciosas. Su obra ha sido la de captar la luz que proviene de
la Palabra de Dios y dejarla brillar en el mundo con rayos claros y
constantes. Su lema es: “Lealtad al Señor”.
Ministros educados
El comerciante, el carpintero, el agricultor y el abogado han
tenido que aprender su oficio o profesión. Al principio, por falta
de conocimiento, hacen un trabajo imperfecto; pero a medida que
siguen pacientemente en sus vocaciones, se hacen maestros de sus
respectivos llamados. Sin la cuidadosa aplicación de la mente y el
corazón, y todas las fuerzas de su ser, el ministro resultará ser un
fracaso. Puede ser que sea predicador, pero también debiera estar
capacitado para actuar como pastor. El estudio nunca debe terminar;