Nuestras instituciones de Battle Creek
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costo de los estudios es bajo, no serían de ningún beneficio para
los demás estudiantes o para la iglesia. Mientras más grande sea el
alumnado, más tacto, destreza y vigilancia se requiere de parte de la
administración.
Cuando se fundó el colegio, se estableció un fondo en la oficina
de la casa publicadora Review and Herald para beneficio de los
que deseaban obtener una educación pero no tenían los recursos
necesarios. Unos cuantos estudiantes lo aprovecharon y de esta
manera obtuvieron un buen comienzo y luego ganaron lo suficiente
para reemplazar los fondos que habían utilizado, para que otros
pudieran beneficiarse con ellos.
Debe hacerse alguna provisión para el mantenimiento de un fon-
do tal para hacer préstamos a los estudiantes meritorios que desean
prepararse para la obra misionera. Hay entre nosotros personas ca-
paces que podrían rendir un buen servicio en la causa, si tan sólo
se velara por ellos y se les animara. Cuando algunos de éstos sean
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demasiado pobres para aprovechar las oportunidades que brinda el
colegio, las iglesias debieran considerar un privilegio pagarles los
gastos. Hay que hacer claro a los jóvenes que hasta donde sea posi-
ble deben trabajar para sufragar sus propios gastos. Lo que cuesta
poco no se apreciará debidamente; lo que cuesta algo cercano a su
valor verdadero será apreciado en mayor escala. Pero las iglesias de
los diversos campos deben sentir que una responsabilidad solemne
descansa sobre ellas en lo que a la preparación de la juventud y la
educación de personas mayores se refiere, con el fin de que parti-
cipen en el esfuerzo misionero. Cuando vean entre ellos a los que
prometen ser obreros útiles, pero que no son capaces de costear sus
estudios por sí solos, las iglesias deben asumir la responsabilidad de
enviarlos al colegio para que sean instruidos y desarrollados.
Calificaciones de los administradores
Debiera haber una reforma cabal de parte de los hombres que en
la actualidad están vinculados con nuestras instituciones importantes.
Algunos poseen rasgos valiosos de carácter, mientras que carecen
seriamente de otros. Su carácter necesita tener una estampa distinta,
que sea conforme a la semejanza de Cristo. Deben recordar todos
que aún no han alcanzado la perfección, que la obra de la edificación