Página 602 - Testimonios para la Iglesia, Tomo 5 (1998)

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Testimonios para la Iglesia, Tomo 5
¿No han sido eliminados de vuestra vida Cristo y su amor, hasta
que una forma mecánica ha reemplazado el servicio del corazón?
¿Dónde está el ardor que sentía una vez vuestra alma al oír mencionar
el nombre de Jesús? En la novedad de vuestra primera dedicación,
¡cuán ferviente era vuestro amor por las almas! ¡Con cuánto ardor
tratabais de presentarles el amor del Salvador! La ausencia de este
amor os ha hecho fríos, críticos, exigentes. Tratad de reconquistarlo,
y de trabajar luego para llevar almas a Cristo. Si os negáis a hacer eso,
surgirán otros que tienen menos luz, experiencia y oportunidades,
y os reemplazarán para hacer aquello que vosotros descuidasteis;
porque la obra de salvar a los tentados, a los probados y a los que pe-
recen, debe ser hecha. Cristo ofrece el servicio a su iglesia; ¿quiénes
lo aceptarán?
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Dios no ha pasado por alto las buenas acciones, los actos de
abnegación de la iglesia en lo pasado. Todo está registrado en el
cielo. Pero estas cosas no bastan. No salvarán a la iglesia cuando ella
deje de cumplir su misión. A menos que cesen la cruel negligencia
e indiferencia manifestadas en lo pasado, la iglesia, en vez de ir de
fuerza en fuerza, continuará degenerando hacia la debilidad y el for-
malismo. ¿Dejaremos que sea así? ¿Han de perpetuarse el embotado
sopor, el lamentable deterioro del amor y del celo espiritual? ¿Es
ésta la condición en la cual Cristo ha de hallar a su iglesia?
Hermanos, vuestras lámparas habrán seguramente de vacilar
y debilitarse hasta apagarse en las tinieblas a menos que hagáis
esfuerzos decididos para reformaros. “Recuerda por tanto de dónde
has caído, y arrepiéntete, y haz las primeras obras”. La oportunidad
que se presenta ahora puede ser corta. Si estos momentos de gracia
y arrepentimiento pasan sin aprovecharse, se da la amonestación:
“Pues si no, vendré presto a ti, y quitaré tu candelero de su lugar”.
Apocalipsis 2:5
. Estas palabras son pronunciadas por los labios del
que es longánime y tolerante. Advierten solemnemente a las iglesias
y a las personas que el que vela y nunca dormita está midiendo su
conducta. A su paciencia maravillosa únicamente, deben el no ser
cortados como estorbos del terreno. Pero su Espíritu no contenderá
para siempre. Su paciencia aguardará tan sólo poco tiempo más.
Vuestra fe debe ser algo más de lo que ha sido, o seréis pesados
en las balanzas y hallados faltos. En el último día, la decisión final
del Juez de toda la tierra girará alrededor de nuestro interés por los