Una carta
Estimado hermano O,
Recibí su carta, y no es preciso que le exprese a usted la tristeza
de mi corazón por causa del cambio repentino que usted ha experi-
mentado. Al repasar su historia pasada, me viene a la memoria su
experiencia en el Estado de Colorado, sus reflexiones mientras se
encontraba sobre aquella roca de la cual parecía imposible descen-
der, el recobro parcial de su fe, sus tentaciones a través de falsas y
ambiciosas esperanzas de ganar más importancia apartado de nues-
tro pueblo que formando parte de él, su desilusión, su encomiable
decisión de mantenerse en silencio, las oraciones y la simpatía del
pueblo de Dios que ascendían al cielo en su favor, y mi ruego cons-
tante: “No lo dejen solo, sino hagan todos los esfuerzos posibles
para salvarlo. Está engañado; no está afianzado en Dios”.
Recuerdo la última vez que anduve en coche con su esposa
antes de que ella falleciese. Se preocupaba por usted y por sus
hijos. Dijo que temblaba por el futuro de sus hijos y el escepticismo
de su esposo. “Si yo muero” -declaró ella-, “y él abandona la fe
y hace que mis niños abandonen el sábado, ¡cuán terrible sería
después que él ha recibido una luz tan grande y tantas evidencias!
Por esta razón me aferro a la vida. No existe dentro de su alma esa
profunda, íntima obra que le pueda servir de ancla cuando lleguen
las tentaciones. Oh, hermana White, es por las almas de mi esposo
y de mis hijos que yo me he asido de la vida. Y quiero decirle aquí
mismo que estoy arrepentida de corazón porque no recibí con otro
espíritu el testimonio que nos fue dado a mí y a mi esposo. Me doy
cuenta ahora que era el mensaje que precisamente necesitábamos;
y si lo hubiésemos aceptado, nos hubiera puesto a los dos en una
posición espiritual mucho mejor de la que hemos estado por algún
tiempo. Ambos éramos altivos de espíritu, y desde aquel tiempo yo
he sentido deseos de evitarla a usted, porque me parecía que usted
no tenía fe o confianza en nosotros. Pero durante los pocos meses
que han pasado, todo esto ha desaparecido y he sentido la misma
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