Naturaleza e influencia de los testimonios
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Dios, con un deseo de alcanzar la norma de la Biblia y la perfección
cristiana, no habríais necesitado los
Testimonios
. Es porque habéis
descuidado el familiarizaros con el Libro inspirado de Dios por lo
que él ha tratado de alcanzaros mediante testimonios sencillos y
directos, llamando vuestra atención a las palabras de la inspiración
que habéis descuidado de obedecer, e invitándoos a amoldar vuestra
vida de acuerdo con sus enseñanzas puras y elevadas.
“El Señor quiere amonestaros, reprenderos, aconsejaros, por me-
dio de los testimonios dados, y grabar en vuestra mente la impor-
tancia de la verdad de su Palabra. Los testimonios escritos no son
dados para proporcionar nueva luz, sino para impresionar vívida-
mente en el corazón las verdades de la inspiración ya reveladas. El
deber del hombre hacia Dios y sus semejantes ha sido especificado
distintamente en la Palabra de Dios. Sin embargo, son pocos entre
vosotros los que obedecen a la luz dada. No son sacadas a relucir
verdades adicionales; sino que Dios ha simplificado por medio de
los
Testimonios
las grandes verdades ya dadas, y en la forma de su
elección, las ha presentado a la gente, para despertar e impresionar
su mente con ellas, a fin de que todos queden sin excusa.
“El orgullo, el amor propio, el egoísmo, el odio, la envidia y
los celos han oscurecido las facultades de percepción, y la verdad,
que debiera haceros sabios para salvación, ha perdido su poder de
encantar y dominar la mente. Los mismos principios esenciales de
la piedad no son comprendidos, porque no hay hambre ni sed del
conocimiento de la Biblia, de la pureza del corazón y santidad de la
vida. Los
Testimonios
no han de empequeñecer la Palabra de Dios,
sino exaltarla, y atraer los ánimos a ella, para que pueda impresionar
a todos la hermosa sencillez de la verdad.
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“Dije además: Así como la Palabra de Dios está rodeada de
estos libritos y folletos, os ha rodeado Dios de consejos, reproches,
amonestaciones y palabras de ayuda. Aquí estáis clamando delante
de Dios en la angustia de vuestras almas, pidiendo más luz. Dios me
ha autorizado para deciros que ningún otro rayo de luz resplandecerá
por medio de los
Testimonios
sobre vuestra senda, hasta que hagáis
uso práctico de la luz que ya ha sido dada El Señor os ha rodeado
de luz; pero no la habéis apreciado; la habéis pisoteado. Mientras
algunos han despreciado la luz, otros la han descuidado; o la han