Página 669 - Testimonios para la Iglesia, Tomo 5 (1998)

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Naturaleza e influencia de los testimonios
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juicio, basado en información obtenida de fuentes humanas. Esta
declaración es completamente falsa.
No obstante, si en respuesta a alguna pregunta, declaración o
pedido de las iglesias o personas, se escribe un testimonio presen-
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tando la luz que Dios ha dado concerniente a ellas, el hecho de que
haya surgido de esta manera no le resta en forma alguna validez ni
importancia. Transcribo del Testimonio n
o
31 algunos párrafos que
tratan directamente este punto:
“¿Qué sucedía con el apóstol Pablo? Las noticias que recibió
de la casa de Cloé acerca de la condición de la iglesia de Corinto
fueron las que le indujeron a escribir su primera epístola a aquella
iglesia. Le habían llegado cartas particulares que le presentaban los
hechos tales como existían, y en respuesta expuso él los principios
generales que, si se seguían, corregirían los males existentes. Con
gran ternura y sabiduría, exhortó a todos a hablar las mismas cosas
a fin de que no hubiese divisiones entre ellos.
“Pablo era un apóstol inspirado; sin embargo el Señor no le re-
veló en todas las ocasiones la condición de su pueblo. Los que se
interesaban en la prosperidad de la iglesia y veían penetrar ciertos
males en ella le presentaron el asunto, y gracias a la luz que había
recibido previamente él estaba preparado para juzgar el verdadero
carácter de esos sucesos. Los que estaban buscando realmente la luz
no rechazaron su mensaje como si fuese una carta común, porque
el Señor no le había dado una nueva revelación para aquel tiempo
especial. De ningún modo. El Señor le había mostrado las dificul-
tades y peligros que se levantarían en las iglesias, para que cuando
surgiesen, supiese tratarlos.
“Había sido designado para defender la iglesia; debía velar por
las almas como quien debía dar cuenta a Dios; ¿no debía acaso
prestar atención a los informes concernientes a su estado de anarquía
y división? Por cierto que sí; y el reproche que él les mandó fue
escrito bajo la inspiración del Espíritu de Dios tanto como cualquiera
de sus epístolas. Pero cuando estos reproches llegaron, algunos no
quisieron ser corregidos. Asumieron la actitud de que Dios no les
había hablado por medio de Pablo, que él les había dado simplemente
su opinión como hombre, y consideraron su propio juicio tan bueno
como el de Pablo. Así también sucede con muchos de nuestros