Página 690 - Testimonios para la Iglesia, Tomo 5 (1998)

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Testimonios para la Iglesia, Tomo 5
se presenta claramente en las palabras de Cristo: “El que quisiere
hacer su voluntad, conocerá de la doctrina”.
Juan 7:17
.
Los que buscan discrepancias en las Escrituras no tienen percep-
ción espiritual. Con visión torcida ven motivos de duda e increduli-
dad en cosas que son realmente claras y sencillas. Pero para los que
reciben la Palabra de Dios con reverencia y tratan de aprender su
voluntad a fin de obedecerla, todo cambia. Se llenan de reverencia
y admiración al contemplar la pureza y exaltada excelencia de las
verdades reveladas. Las cosas que se parecen se atraen entre sí. Las
personas que se asemejan se aprecian entre sí. La santidad se asocia
con la santidad, la fe con la fe. Para el corazón humilde y el intelecto
sincero e investigador, la Biblia está llena de luz y conocimiento. Los
que acuden a las Escrituras con ese espíritu, se ponen en comunión
con los profetas y los apóstoles. Su espíritu se adapta al de Cristo y
anhelan llegar a ser uno con él.
Muchos sienten que les incumbe una responsabilidad de expli-
car toda dificultad aparente en la Biblia, a fin de hacer frente a las
cavilaciones de los escépticos e incrédulos. Pero al tratar de explicar
aquello que comprenden tan sólo imperfectamente, están en peligro
de confundir a los demás con referencia a puntos que son claros y
fáciles de comprender. Esta no es nuestra obra. Ni siquiera debe-
mos lamentarnos de que estas dificultades existan, sino aceptarlas
como permitidas por la sabiduría de Dios. Es nuestro deber recibir
su Palabra, que es clara en todo punto para la salvación del alma, y
practicar sus principios en nuestra vida, enseñándolos a otros tanto
por nuestros preceptos como por nuestro ejemplo. Así será evidente
para el mundo que estamos en relación con Dios y confiamos im-
plícitamente en su Palabra. Una vida de piedad, un ejemplo diario
de integridad, de mansedumbre y amor abnegado, serán un ejem-
plo vivo de la enseñanza de la Palabra de Dios, un argumento en
favor de la Biblia que pocos podrán resistir. Será la manera más
eficaz de oponerse a la prevaleciente tendencia al escepticismo y la
incredulidad.
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Por la fe debemos mirar al más allá, y aceptar la promesa de
Dios, de que el intelecto crecerá y las facultades humanas se unirán
con las divinas, de modo que toda potencia del alma será puesta en
contacto directo con la Fuente de la luz. Podemos regocijarnos de
que todo lo que nos dejó perplejos en la providencia de Dios será