Página 700 - Testimonios para la Iglesia, Tomo 5 (1998)

Basic HTML Version

696
Testimonios para la Iglesia, Tomo 5
la advertencia, y todos tendrán oportunidad de prepararse para el
conflicto. Pero, con demasiada frecuencia, el caudillo ha estado va-
cilando y pareciendo decir: “No nos apresuremos demasiado. Puede
haber un error. Debemos tener cuidado de no provocar una falsa alar-
ma”. La misma .vacilación e incertidumbre de su parte clama: “‘Paz
y seguridad’.
1 Tesalonicenses 5:3
. No os excitéis. No os alarméis.
Se le da a esta cuestión de la Enmienda Religiosa más importancia
de la que tiene. Esta agitación se apagará”. En esta forma se niega
virtualmente el mensaje enviado por Dios; y la amonestación que
estaba destinada a despertar la iglesia no realiza su obra. La trompeta
del atalaya no emite un toque certero, y el pueblo no se prepara para
la batalla. Tenga el centinela cuidado, no sea que por su vacilación y
demora, deje que las almas perezcan, y se le haga responsable de la
sangre de ellas.
Durante muchos años hemos sabido que se promulgaría una
ley dominical en nuestro país; y ahora que el movimiento se ha
producido preguntamos: ¿Cumplirá nuestro pueblo con su deber al
respecto? ¿No podemos ayudar a enarbolar el estandarte y llamar al
frente a los que tienen consideración por sus derechos y privilegios
religiosos? Se está acercando rápidamente el momento en que los
que prefieran obedecer a Dios antes que a los hombres sentirán la
[670]
mano de la opresión. ¿Deshonraremos entonces a Dios guardando
silencio mientras que se pisotean sus santos mandamientos?
Mientras que por su actitud el mundo protestante hace concesio-
nes a Roma, despertémonos y comprendamos la situación, y con-
sideremos la verdadera orientación de la contienda que nos espera
Alcen la voz los centinelas ahora, y den el mensaje que es verdad
presente para este tiempo. Mostremos a la gente dónde estamos en la
historia profética, y procuremos despertar el espíritu del verdadero
protestantismo, haciendo sentir al mundo el valor de los privilegios
de la libertad religiosa que se han disfrutado durante tanto tiempo.
Dios nos invita a despertamos, porque el fin se acerca. Cada
hora que transcurre es hora de actividad en los atrios celestiales,
para preparar en la tierra un pueblo que desempeñe un papel en
las grandes escenas que están por sobrecogemos. Estos momentos
que pasan, que nos parecen de tan poco valor, están cargados de
intereses eternos. Están amoldando el destino de las almas para la
vida eterna o la muerte eterna. Las palabras que pronunciemos hoy a