Página 721 - Testimonios para la Iglesia, Tomo 5 (1998)

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El carácter de Dios revelado en Cristo
Dijo El Salvador: “Esta empero es la vida eterna: que
te conozcan
el solo Dios verdadero, y a Jesucristo, al cual has enviado”.
Juan
17:3
. Y Dios declaró por el profeta: “No se alabe el sabio en su
sabiduría, ni en su valentía se alabe el valiente, ni el rico se alabe
en sus riquezas. Mas alábese en esto el que se hubiere de alabar:
en
entenderme y conoceme
, que yo soy Jehová, que hago misericordia,
juicio, y justicia en la tierra: porque estas cosas quiero, dice Jehová”.
Jeremías 9:23, 24
.
Nadie, sin ayuda divina, puede alcanzar este conocimiento de
Dios. El apóstol dice que a los mundanos “no les pareció tener a
Dios en su noticia”. Cristo “en el mundo estaba, y el mundo fue
hecho por él; y el mundo no le conoció”
Romanos 1:28
;
Juan 1:10
.
Jesús declaró a sus discípulos: “Nadie conoció al Hijo, sino el Padre;
ni al Padre conoció alguno, sino el Hijo, y aquel a quien el Hijo lo
quisiere revelar”.
Mateo 11:27
. En aquella última oración que hizo
en favor de quienes le seguían, antes de entrar en las sombras del
Getsemaní, el Salvador alzó sus ojos al cielo, lleno de compasión
por la ignorancia de los hombres, y dijo: “Padre justo, el mundo no
te ha conocido, mas yo te he conocido”. “He manifestado tu nombre
a los hombres que del mundo me diste”.
Juan 17:25, 6
.
Desde el principio, fue el plan estudiado de Satanás inducir a los
hombres a olvidarse de Dios, a fin de que pudiese someterlos. Por eso
mintió acerca del carácter de Dios, a fin de inducirlos a albergar un
falso concepto de él. Les presentó al Creador como revestido de los
atributos del príncipe del mal mismo: arbitrario, severo, inexorable, a
fin de que le temiesen, rehuyesen, y hasta odiasen. Satanás esperaba
confundir de tal manera las mentes de aquellos a quienes había
engañado, que desechasen a Dios de su conocimiento. Entonces
borraría la imagen divina del hombre y grabaría su propia semejanza
sobre el alma; llenaría a los hombres de su propio espíritu y los haría
cautivos de su voluntad.
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