Página 728 - Testimonios para la Iglesia, Tomo 5 (1998)

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Testimonios para la Iglesia, Tomo 5
“lo que al presente es momentáneo y leve de nuestra tribulación, nos
obra un sobremanera alto y eterno peso de gloria”.
2 Corintios 4:18,
17
.
En el cielo, Dios es todo en todos. Allí reina suprema la santi-
dad; allí no hay nada que estropee la perfecta armonía con Dios. Si
estamos a la verdad en viaje hacia allá, el espíritu del cielo morará
en nuestro corazón aquí. Pero si no hallamos placer ahora en la con-
templación de las cosas celestiales; si no tenemos interés en tratar de
conocer a Dios, ningún deleite en contemplar el carácter de Cristo; si
la santidad no tiene atractivos para nosotros, podemos estar seguros
de que nuestra esperanza del cielo es vana. La perfecta conformidad
a la voluntad de Dios es el alto blanco que debe estar constantemente
delante del cristiano. El se deleitará en hablar de Dios, de Jesús, del
hogar de felicidad y pureza que Cristo ha preparado para los que le
aman. La contemplación de estos temas, cuando el alma se regocija
en las bienaventuradas seguridades de Dios, es comparada por el
apóstol al goce de “las virtudes del siglo venidero”.
Hebreos 6:5
.
Está por sobrecogernos la lucha final del gran conflicto, cuando
con “grande potencia, y señales, y milagros mentirosos, y con todo
engaño de iniquidad”, Satanás obrará para representar falsamente
el carácter de Dios, a fin de seducir, “si es posible, aun a los esco-
gidos”.
Mateo 24:24
. Si hubo alguna vez un pueblo que necesitase
un aumento constante de la luz del cielo, es el pueblo que, en este
tiempo de peligro, Dios llamó a ser depositario de su santa ley y a
vindicar su carácter delante del mundo. Aquellos a quienes se confió
un cometido tan sagrado deben ser espiritualizados y elevados por
las verdades que profesan creer.
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Nunca la iglesia ha necesitado tanto, y nunca ha estado Dios
tan deseoso de que ella obtuviese la condición descrita en la carta
de Pablo a los colosenses cuando escribió: “No cesamos de orar
por vosotros, y de pedir que seáis llenos del conocimiento de su
voluntad
, en toda sabiduría y espiritual inteligencia; para que andéis
como es digno del Señor, agradándole en todo, fructificando en toda
buena obra, y creciendo en el conocimiento de Dios”.
Colosenses
1:9, 10
.
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