Página 77 - Testimonios para la Iglesia, Tomo 5 (1998)

Basic HTML Version

Los testimonios menospreciados
73
a vuestras propias almas. Lo que Jesús aprecia es el corazón entero.
La lealtad del alma es lo único que vale ante la vista de Dios. “¡Si
también tú conocieses, a lo menos en este tu día, lo que es para tu
paz!”
Lucas 19:42
. “
Si también tú
”. Cristo en estos momentos está
dirigiéndose a ti personalmente, inclinándose desde su trono, suspi-
rando con ternura compasiva por aquellos que no están conscientes
de su peligro, que no tienen compasión por sí mismos.
Muchos procuran desenvolverse en la vida estando muertos espi-
ritualmente. Estos algún día dirán: “Señor, Señor, ¿no profetizamos
en tu nombre, y en tu nombre echamos fuera demonios, y en tu
nombre hicimos muchos milagros? Y entonces les diré claramente:
Nunca os conocí; apartaos de mí, hacedores de iniquidad”.
Mateo
7:22, 23
. Un ay será pronunciado sobre ti si te demoras y vacilas
hasta que se ponga el Sol de Justicia; la negrura de la noche eterna
será tu heredad. ¡Oh, ojalá pudiera derretirse el corazón frío, formal
y mundano! Cristo no sólo derramó lágrimas por nosotros, sino tam-
bién su propia sangre. ¿No nos despertarán estas manifestaciones de
su amor a una humillación profunda ante Dios? Para ser aprobados
por Dios, lo que necesitamos es la humildad y la abnegación.
Aquel que está siendo dirigido por Dios no estará satisfecho
consigo mismo, por cuanto la luz que proviene del Hombre perfecto
brilla sobre él. Sin embargo, los que pierden de vista al Modelo, y
estiman ser mayores de lo que son, verán las faltas de los demás y los
criticarán; serán cortantes, suspicaces, y condenadores; denigrarán a
los demás para exaltarse a sí mismos.
La última vez que el Señor presentó vuestro caso ante mí, y me
hizo saber que no habíais hecho caso de la luz que se os impartió, se
me pidió que os hablase claramente en su nombre por cuanto su ira
se había encendido contra vosotros. Me fueron dirigidas las siguien-
tes palabras: “Tu obra te ha sido asignada por Dios. Muchos no te
escucharán porque no escucharon al Gran Maestro; muchos no admi-
[70]
tirán la corrección, porque creen que andan bien ante su propia vista
De todos modos, comunícales las reprensiones y amonestaciones
que yo te daré, escuchen o dejen de escuchar”.
Os comunico el testimonio del Señor. Todos los que oyen su
voz están dispuestos a ser corregidos; pero aquellos que han sido
engañados por el enemigo no están dispuestos a venir a la luz ahora,
no sea que sus obras sean reprochadas. Muchos de vosotros no sois