Página 84 - Testimonios para la Iglesia, Tomo 5 (1998)

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Testimonios para la Iglesia, Tomo 5
resplandor ha brillado concentradamente sobre nosotros. Pero puede
ser que bajo un exterior algo áspero y no muy llamativo se revele el
brillo de un carácter cristiano genuino. Durante el día miramos hacia
el cielo, mas no vemos las estrellas. Están allí, fijas en el firmamento,
pero el ojo no las puede distinguir. Es de noche cuando podemos
contemplar su verdadero lustre.
No está lejos el tiempo cuando toda alma será probada. Se nos
querrá imponer la marca de la bestia. Para aquellos que han ido
cediendo paso a paso a las exigencias del mundo y se han acomodado
a sus costumbres, no será cosa difícil ceder ante las autoridades
dominantes, antes que someterse al escarnio, a los insultos, a la
amenaza de encarcelamiento y a la muerte. La contienda es entre
los mandamientos de Dios y los mandamientos de los hombres.
En ese tiempo, el oro será separado de la escoria en la iglesia. La
verdadera piedad se diferenciará claramente de la imitación y oropel
de la misma. Muchas de las lumbreras que hemos admirado por
su resplandor se disiparán en la oscuridad. Cual nube, el tamo será
llevado por el viento, aun en los lugares donde sólo vemos sembrados
de hermoso trigo. Todos los que lucen los ornamentos del santuario,
pero que no están vestidos de la justicia de Cristo, serán vistos en la
vergüenza de su desnudez.
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Cuando los árboles que no llevan fruto sean cortados porque inu-
tilizan la tierra, cuando multitudes de hermanos falsos se distingan
de los verdaderos, entonces los que están ocultos se manifestarán,
y con expresiones de alabanza en sus labios se alistarán bajo la
bandera de Cristo. Aquellos que han sido tímidos y vacilantes en
la iglesia llegarán a ser como David: dispuestos a trabajar y arries-
garse. Mientras más oscura la noche para el pueblo de Dios, más
resplandecientes las estrellas. Satanás acosará severamente a los
fieles; pero saldrán más que vencedores en el Señor. Entonces la
iglesia de Cristo aparecerá “hermosa como la luna, esclarecida como
el sol, imponente como ejércitos en orden”.
Cantares 6:10
.
Las semillas de la verdad que están siendo esparcidas mediante
el esfuerzo misionero, florecerán entonces y llevarán fruto. Almas
capaces de soportar la tribulación recibirán la verdad y alabarán al
Señor porque pueden sufrir por Jesús. “En el mundo tendréis aflic-
ción; pero confiad, yo he vencido al mundo”.
Juan 16:33
. “Cuando
pase el turbión del azote” (
Isaías 28:18
), cuando el aventador esté