Página 109 - Testimonios Selectos Tomo 5 (1932)

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Peligros de la ciencia especulativa
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Los que persisten en esas teorías arruinarán con seguridad su
carrera cristiana. Se privarán de la comunión con Dios y perderán la
vida eterna.
Los sofismas concernientes a Dios y a la naturaleza, que inundan
al mundo de escepticismo, son inspirados por el ángel caído. El
estudia la Biblia; conoce la verdad necesaria a la humanidad, y
procura distraer las mentes de las grandes verdades destinadas a
prepararla para los acontecimientos que vendrán sobre el mundo.
He visto el resultado de esas ideas fantásticas con respecto a
Dios; son la apostasía, el espiritismo, el amor libre. El amor libre,
al que tienden esas enseñanzas, estaba tan bien disimulado que era
difícil, al principio, darse cuenta de su verdadero carácter. Hasta que
el Señor me hubo presentado el asunto, no sabía cómo llamarlo, pero
he recibido la orden de llamarlo amor espiritual impío.
Fanatismo después de 1844
Después de 1844 tuvimos que hacer frente a toda especie de
fanatismos. Me fueron dados testimonios de censura contra algunas
personas entregadas a las teorías espiritualistas predominantes.
Había personas que trabajaban activamente en esparcir falsas
ideas acerca de Dios. Me fué mostrado que esos hombres, por sus
enseñanzas erróneas, hacían ineficaz a la verdad. Me fué mostrado
que inducían las almas al error, presentándoles teorías especulativas
acerca de la divinidad.
Me trasladé hasta el lugar donde estaban y les mostré abierta-
mente cuál era la naturaleza de su obra. El Señor me dió fuerzas
para exponerles con claridad el peligro que les amenazaba. Entre
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otras ideas, ellos pretendían que los que una vez habían sido santi-
ficados no podían pecar más. Su enseñanza errónea hacía un gran
daño, primeramente a ellos y luego a los demás. Estaban ganando
un poder espiritual sobre aquellos que no podían ver el error de esas
teorías, tan bien disimuladas. La doctrina según la cual todos eran
santos, los había llevado a creer que los afectos de los santificados
nunca podrían llevarlos al mal. El resultado de esta tendencia era la
satisfacción de los malos deseos de los corazones que pretendían ser
santicados, pero que en pensamiento y en hecho estaban muy lejos
de la pureza.