Página 126 - Testimonios Selectos Tomo 5 (1932)

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Testimonios Selectos Tomo 5
al impío de su camino para que de él se aparte, y él no se apartare de
su camino, por su pecado morirá él, y tú libraste tu vida.”
Ezequiel
33:7-9
.
¿Esperaremos a que las profecías del fin se cumplan antes de
hablar de ellas? ¿De qué servirían entonces nuestras palabras? ¿Es-
peraremos hasta que los juicios de Dios caigan sobre el pecador
para decirle cómo evitarlos? ¿Dónde está nuestra fe en la Palabra de
Dios? ¿Debemos ver realizadas las cosas anunciadas para creer en
lo que él nos ha dicho? En claros y distintos rayos, nos ha llegado
la luz, enseñándonos que el gran día está cercano “a las puertas.”
Leamos y comprendamos antes que sea demasiado tarde.
Hemos de ser conductos consagrados, por los cuales la vida
se comunique a otros. El Espíritu Santo debe animar e impregnar
toda la iglesia, purificando los corazones y uniéndolos unos a otros.
Aquellos que han sido sepultados con Cristo por el bautismo deben
entrar en una nueva vida, y dar un ejemplo vivo de lo que es la vida
de Cristo. Una comisión sagrada nos ha sido confiada. Esta es la
orden que nos ha sido dada: “Por tanto, id, y doctrinad a todos los
gentiles, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del
Espíritu Santo: enseñándoles que guarden todas las cosas que os he
mandado: y he aquí, yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin
del mundo.”
Mateo 28:19, 20
. La obra a la que os habéis consagrado
consiste en dar a conocer el evangelio de salud. Vuestro poder está
en la perfección celestial.
Una vida santa
El testimonio que debemos dar por Dios no consiste sólo en
predicar la verdad y distribuir literatura. No olvidemos que el argu-
mento más poderoso a favor del cristianismo, es una vida semejante
a la de Cristo; en cambio un cristiano vulgar hace más daño en el
mundo que un mundano. Todos los libros escritos no reemplazarán
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una vida santa. Los hombres creerán, no lo que el predicador dice,
mas lo que vive la iglesia. Sucede a menudo que el sermón predicado
desde el púlpito es neutralizado por el que se desprende de las vidas
de personas que se dicen defensoras de la verdad.
El propósito de Dios es glorificarse a sí mismo delante del mundo
en su pueblo. El quiere que los que llevan el nombre de Cristo le