Página 68 - Testimonios Selectos Tomo 5 (1932)

Basic HTML Version

64
Testimonios Selectos Tomo 5
cia fascinadora satánica. Los relatos espeluznantes de crímenes y
atrocidades ejercen una influencia hechizadora sobre la juventud y
provocan en ella el deseo de hacerse célebre por actos de maldad.
Gran número de obras que son más históricas, no ejercen, sin em-
bargo, mejor influencia. Las enormidades, crueldades y prácticas
licenciosas descriptas en esos libros han sido para muchos espíritus
como una levadura que los impulsa a ejecutar actos semejantes. Los
libros que describen las prácticas satánicas de los seres humanos dan
publicidad a las malas obras. No es necesario revivir los horribles
detalles de los crímenes y de los sufrimientos, y ninguno de los que
creen en la verdad presente debe participar en la perpetuación de su
recuerdo.
Las novelas de amor y las historias frívolas y excitantes consti-
tuyen otra clase de libros que son una maldición para todo lector.
Puede el autor insertar una buena moraleja, puede también entremez-
clar en su obra sentimientos religiosos. Sin embargo, en la mayoría
de los casos, es Satanás que se disfraza de ángel de luz para engañar
y seducir con más facilidad. En gran medida el espíritu recibe la
[72]
influencia de las cosas de que se nutre. Los lectores de las historias
frívolas o excitantes se vuelven incapaces de cumplir los deberes
que les incumben. Viven en lo irreal, y no tienen ningún deseo de
escudriñar las Escrituras para nutrirse del maná celestial. Su mente
se debilita, y pierde su facultad de considerar los grandes problemas
del deber y del destino.
Se me ha mostrado que los jóvenes están expuestos a grandes
peligros por las malas lecturas. Satanás obra de manera que tanto
los jóvenes como los adultos hallen placer en leer historias sin valor.
Si se pudiese quemar buena parte de los libros publicados, ello
detendría una plaga que realiza una obra espantosa mediante el
debilitamiento de los espíritus y la corrupción de los corazones.
Nadie es tan firme en los principios de la justicia que quede a
cubierto de la tentación. Todas estas lecturas sin valor deberían
descartarse resueltamente.
El Señor no nos permite dedicarnos a la impresión o venta de
tales publicaciones, pues son un agente de destrucción para muchas
almas. Sé lo que escribo, pues esta cuestión me ha sido presentada
claramente. Que aquellos que creen en el mensaje de nuestro tiem-
po no se dediquen a semejante trabajo con la esperanza de ganar