Página 107 - Testimonios para la Iglesia, Tomo 6 (2004)

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Reuniones para niños y escuelas de iglesia
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Este asunto se me presentó con gran claridad. Vi grupos de
nuevos creyentes formados en muchos lugares, e iglesias que se
construían. La gente nueva que había entrado a la fe, ayudaba con
buena voluntad con sus manos, y los que tenían recursos económicos
contribuían con ellos. En el sótano de una iglesia, sobre el terreno,
se me mostró un salón hecho para una escuela donde los niños
se educarían en las verdades de la Palabra de Dios. Se invitó a
maestros consagrados a que fueran a esos lugares. La matrícula en
esas escuelas no era numerosa, pero era un feliz comienzo.
A medida que la obra se adelantaba, oí las voces de padres y
niños que cantaban:
“Si Jehová no edificare la casa,
En vano trabajan los que la edifican;
Si Jehová no guardare la ciudad,
En vano vela la guardia”.
“Alaba, oh alma mía, a Jehová.
Alabaré a Jehová en mi vida;
Cantaré salmos a mi Señor
Mientras viva.
No confiéis en los príncipes,
Ni en hijo de hombre,
Porque no hay en él salvación”.
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“Alabad a Jehová desde los cielos;
Alabadle en las alturas.
Alabadle, vosotros todos sus ángeles;
Alabadle, vosotros todos sus ejércitos.
Alabadle, sol y luna;
Alabadle, vosotras todas, lucientes estrellas”.
Salmos 127:1; 146:1-3;
148:1-3.
El establecimiento de iglesias y la construcción de edificios
para reuniones y escuelas se llevó a cabo de ciudad en ciudad.
En cada lugar los creyentes llevaban a cabo esfuerzos unidos y