Página 16 - Testimonios para la Iglesia, Tomo 6 (2004)

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Testimonios para la Iglesia, Tomo 6
Colegio de Walla Walla, en el Estado de Washington. Se inaugura-
ron otros colegios en Australia, Sudáfrica y Dinamarca. También
se establecieron sanatorios en 1896 en Boulder, Colorado; en 1897
en Dinamarca y Sudáfrica; y en South Lancaster, Massachussets, en
1899. Se añadieron dos editoriales a la lista de instituciones, una en
Hamburgo, Alemania, en 1895, y la otra en Buenos Aires, Argentina,
en 1897. También se fundaron escuelas de enseñanza primaria en
diversos lugares.
A pesar de las advertencias en contra del establecimiento de
grandes centros denominacionales y de la centralización; el cons-
tante crecimiento de la obra parecía requerir cada vez más personal
y mayores instalaciones en la sede del adventismo establecida en
Battle Creek, Míchigan. Incluso se iniciaron planes para controlar
ciertos ramos de obra desde Battle Creek. Como resultado de di-
cha tendencia, en lugar de que los administradores de los campos
trazaran planes para la obra en cada territorio; se planificaba todo
en las oficinas centrales establecidas en Battle Creek. Esta práctica
no representaba más que un barniz de eficiencia, debido a que en
realidad constituía una amenaza para la eficacia y el liderazgo en la
obra de Dios. Estas tendencias se impusieron con rapidez durante
la década de 1890, pero el Señor las detuvo en el momento y de la
manera que él consideró oportuno.
Durante aquellos años y bajo la influencia de los consejos del
Espíritu de Profecía se iniciaron cambios en la organización y ad-
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ministración de la obra mundial de la Iglesia. A medida que se
promovía y desarrollaba rápidamente la causa adventista, gracias a
las condiciones favorables que imperaban en Australia; se adopta-
ron las medidas necesarias para agrupar las asociaciones locales y
formar una “unión”; de modo que se establecieron vínculos admi-
nistrativos entre las asociaciones locales y la Asociación General.
Dicha medida permitió que cuando un grupo de obreros enfrentase
un problema pudiera trazar los planes necesarios para resolverlo,
con lo cual se liberaba a la Asociación General de tener que lidiar
con numerosos asuntos de carácter secundario. El resultado fue alen-
tador y permitió que se estableciera un modelo que no tardaría en
difundirse por todos los ámbitos de la denominación.
Respecto al evangelismo médico hubo algunos intentos de lle-
varlo a cabo en Australia durante este mismo período. Por otro lado