Página 17 - Testimonios para la Iglesia, Tomo 6 (2004)

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La época del tomo seis
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en Estados Unidos se estaba produciendo un notable crecimien-
to, ya que se había establecido un colegio médico que atrajo a un
número creciente de jóvenes adventistas que deseaban prepararse
como médicos misioneros. Se fundaron asimismo otras instituciones
subsidiarias que recibían dirección, financiamiento y personal de la
matriz establecida en Battle Creek. Se inició también una impor-
tante obra en favor de los adictos y los menesterosos. Sin embargo,
todo buen programa por lo general suele verse amenazado por el
peligro de que se le otorgue una predominancia exagerada y que
provoque un desequilibrio en la obra de Dios. De modo que la obra
médica misionera, que venía siendo considerada “el brazo derecho
del mensaje”, ahora amenazaba con convertirse en el cuerpo.
Además, aunque se había logrado un importante progreso en
la formación de médicos misioneros, y en la obra que realizaba
el Sanatorio de Battle Creek; se había ido produciendo al mismo
tiempo una creciente indiferencia entre los creyentes respecto de los
principios fundamentales de la vida sana. Esta situación nos ayuda a
comprender el significado de las repetidas exhortaciones que apa-
recen en el presente tomo a practicar normas de vida más elevadas,
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a mantener un ministerio médico y de evangelismo coordinado, a
definir nuestro deber hacia los huérfanos y los ancianos de la Iglesia,
y a evitar el desequilibrio en nuestra obra.
A medida que la obra adventista se desarrollaba en diversos
aspectos, las publicaciones iban aumentando en cantidad e importan-
cia. Los colportores evangelistas constituían un ejército, en el cual
cada colportor individual era parte integral del destacado cuerpo de
heraldos que se iba extendiendo por todo el mundo. En no pocos
casos los colportores fueron la punta de lanza en los esfuerzos para
propagar el mensaje en territorios nuevos y en países remotos. El
tomo 6 destaca la dignidad y trascendencia del ministerio de las
publicaciones.
En el período de once años que transcurrió entre la aparición
de los tomos 5 y 6 de los Testimonios, se publicaron varias obras
importantes de Elena G. de White.
Patriarcas y profetas
apareció
en 1890.
El camino a Cristo
se puso al alcance del público en
1892, y en ese mismo año se imprimió lo que se conoce como “la
edición antigua” de
Obreros evangélicos. La educación cristiana,
antecesora de
La educación,
se publicó en 1894. Dos años después